ALEMANES EN ALEMANIA, en Austria, en Suiza y en el mundo,
¡ POR FIN DESPIERTENSE !
* ¡Ya bastan 50 años de infinitas difamaciones, odiosas
mentiras
continuas, denigración de un pueblo entero!
* ¡Ya bastan 50 años de ofensa monstruosa hecha a
los soldados alemanes,
extorsión continua de miles de milliones y participación
de odio
anormal democrática!
* ¡Ya bastan 50 años de rabia judicial engañosa
de los Sionistas!
* ¡Ya bastan sobre todo 50 años de separación
de las familias mediante
ofensas deshonestas por parte de las generaciones de nuestros
padres y
abuelos!
Ahora en este "año de jubileo", sólo se
puede presentir la cascada de
mentiras que se abatirá sobre nuestro pueblo. A los 75
años, ya no puedo
hacer gran cosa, pero a pesar de todo, y mediante mi muerte en
las llamas
como fanal, quiero dejar una señal visible del conocimiento.
Y si un solo
Alemán recobra la razón y encuentra el camino de
la verdad, entonces no
habrá sido inútil mi sacrificio.
No me quedaba otra solución, después de 50 años
de esperanza frustrada, para que la razón humana sobrepujara.
En mi calidad de exiliado, sobre todo la esperanza que nos den
la misma oportunidad que los Israelíes: ¡"volver
acasa" después de 2000 años sin condenas! ¿Dónde
estaba ya esa emancipación democrática prometida,
cuando ya en 1919 unos milliones de Alemanes estaban comprimidos
en países extranjeros? Hoy todavía aguantamos estas
cargas, ¿Somos nosotros los VERDADEROS responsables de
tantas maldades? ¡No, por cierto!
Soy un Alemán de los Sudetes, tenía una abuela checa,
y por ella, unos
parientes checos y judíos, entre los cuales una parte había
sido deportada
en Buchenwald Dora- Theresienstradt. Nunca integré el Partido
Nazi o
cualquier otra organización, incluso la más insignificante,
adherente a las
ideas del socialismo nacionalista. Vivimos en total armonía
con nuestra
familia no alemana: nos visitábamos y nos ayudábamos
mutuamente. Durante la guerra, nuestra tienda de comestibles y
pastelería estaba encargada de prover en comida a todos
los "obreros del Este" y prisioneros de guerra franceses
que vivían en la región. Todo fue hecho correctamente,
de tal modo que nunca fue saqueada nuestra tienda, incluso fue
vigilada cada día por los Franceses, hasta la repatriación.
El 10 de mayo de 1945 (dos días después de acabarse
las hostilidades), apenas libertada de los campos de concentración,
ya venía nuestra familia para ayudarnos. Recibimos sobre
todo la ayuda del tío de Praga, testigo horrorizado de
la matanza cometida por los Checos sobre los Alemanes dejados
atrás. No se puede conocer este horror, mientras no se
haya experimentado lo mismo.
Era soldado del gran ejército alemán, en el Este
desde el principio, siempre
en el Este y aún unos años más en la Unión
Soviética como prisionero.
Recuerdo perfectamente la famosa noche de cristal en 1938, pues
acompañaba a una colega estudiante judía, llorando
a lágrima viva, al Templo judío. Pero, me conmovió
cuando, en Rusia, presencié la profanación de las
iglesias, transformadas en establos o almacenes de máquinas,
donde unas ovejas daban balidos, unos cerdos gruñían,
unas máquinas crepitaban, y que, para colmo de profanación,
se habían convertido en museo ateos. Y todo eso con la
cooperación y ayuda muy activas de los judíos ente
los cuales unos grupitos actuaban como colaboradores muy cercanos
de Staline, y sobre todo la pandilla Kaganowitsch, siete hermanos
y hermanas que formaban parte de los
asesinos (con respecto a quienes los supuestos asesinos SS bien
parecían
inofensivos).
Después del regreso de cautividad a mi patria (¡Vaya
burla hablar de patria para un exiliado!), me enteré de
los acontecimientos en los campos de concentración, pero
al principio no se dijo ni una palabra a próposito de
las cámaras de gas o las víctimas. Al contrario,
se afirmaba que los campos
de concentración de Theresienstadt e incluso Buchenwald-Dora
eran burdeles para prisioneros. ¡Cuántas mentiras
nos contaban ya en aquella época!
Y después, durante los procesos de Auschwitz, y no solamente
en Nuremberg, el Profesor Martin Broszat del "Instituto de
Historia Contemporánea" (Múnich) afirmaba que
los famosos 6 milliones era una cifra simbólica, incluso
afirmó que en los límites del Reich no habían
existido las cámaras de gas utilizadas para la matanza
de ser humanos en los campos de concentración. Sin embargo,
unos diez años más tarde, se nos enseñaban
unos edificios de cámaras de gas, que nunca hubieran existido,
en Buchenwald, Dachau, Mauthausen, etc. ¡Mentiras, sólo
mentiras, siempre mentiras hasta la fecha! Lo que comprendí
más tarde al leer unas docenas de libros de posguerra,
principalmente de judíos y antifascistas.
Además de esto, podía también testimoniar
por mi propia experiencia en
Rusia, puesto que durante dos años, estuve en la ciudad
hospital de Porchow, donde, durante el primer invierno, había
ya un riesgo de tifus por culpa de los piojos, donde las enfermerías
y los primeros puestos de socorros fueron descontaminados con
los llamados "KZ Gas" (campos de concentración
- gas), o sea "Zyklon-B". Allí, aprendí
unas estrictas medidas de prudencia en el uso de este gas letal,
a pesar de que no formaba parte de las tropas encargadas de las
fumigaciones. A partir de aquel momento, no tuve más remedio
que de considerar TODOS los libros sobre los campos de concentración
leídos hasta la fecha y mencionando las muertes por gas
en el Reich como unas leyendas. Esto podría también
explicar el hecho de que todos los informes sobre los campos de
concentración después de 1945 son conocidos del
tribunal pero nadie se atreve a hablar de ello. Pero aquí
también no lleva lejos la mentira. Es extraño que,
tras la desaparición de las "cámaras de gas"
en los campos de concentración alemanes, nadie haya notado
cómo desaparecieron los
supervivientes (y ya no gaseados).
En 1988 en "Kennzeichen D", la ZDF difundía un
informe sobre Babi Yar (cerca de Kiev en Ucrania, declarando que
unos 36.000 judíos habían sido matados a pedradas
(naturalmente) tiradas por los SS. En 1991, la Señora Kayser,
de Múnich, también difundió un informe sobre
este Babi Yar, pero en el cual aquellos Judíos habían
sido pasados por las armas y quemados en unos profundos fosos.
Al preguntarle sobre esta cuestión, la Señora nos
remitía a una librería en Konstanz que vendía
la "Shoah en Babi Yar". El da cuando fue publicado el
libro, la televisión difundía un informe de Kiev,
en el cual una comisión de Ucranios presentaba sus últimos
descubrimientos. Habían encontrado los restos de unos 180.000
cadáveres todos matados por orden de Staline (antes de
1941). Los Alemanes no tuvieron ninguna culpabilidad en ello.
Sin embargo, por todas partes en el mundo, siguen existiendo unas
estatuas del Babi Yar como testigos de los crímenes alemanes
perpetrados allí. ¿Hay que creer en estos hechos,
según cuenta el Profesor Broszat, a saber que hemos sido
engañados sobre aquellos acontecimientos en una docena
de campos de concentración? Yo, por mi parte, no puedo
creer más en las declaraciones y leyendas sobre los supuestos
acontecimientos ocurridos en los campos de concentración
en Polonia, cualesquiera que sean su situación geográfica
y su denominación.
Además, ya no creo tampoco en las recriminaciones de posguerra
según las cuales nosotros, Alemanes, somos una nación
a quien le gusta la guerra. Sin embargo, entre 1871 y 1914, Alemania
supo mantener la paz, cuando Francia o Gran Bretaña, las
democracias milagros, conquistaban la mayor parte de Africa y
fundaban sus colonias en Asia. Los Estados Unidos hicieron la
guerra a España y Méjico y Rusia combatió
Turquía y Japón. Por este motivo, estimo que el
gobierno estadounidense es bastante cínico, pues se echó
encima de nosotros dos veces en este siglo, para obligarnos a
madurar para la democracia; un gobierno que extermina a los indígenas
y que, hasta la fecha, sigue tratando a los negros como personas
de segunda categoría.
No fue solamente con mis padres que aprendí a conocer a
unos judíos muy amistosos y serviciales, sino también
en Rusia; así en Gorki donde una profesora judía
curó mi infección de los ojos y mi pleuresía.
Pero también oí horrores sobre estos grupos de personas
por parte de la población. Por ejemplo, en el "London
Sunday Herald" del 8.02.1920, Churchill escribía:
"Desde los días del Spartacus Weishaupt hasta Marx,
Trotzki, Bela Kun,
Rosa Luxembourg y Emma Goldmann, existe una conspiración
mundial para destruir nuestra civilización y reconstruir
la sociedad basándose sobre el desarrollo aminorado de
la envidia malévola y un imposible sueño de igualdad
de todos"..." Esta conspiración con su implacable
explotación
de todas las instituciones existentes era capaz de contraer a
una
pandilla de gente que no tiene ningún escrúpulo
provenientes de las más
grandes ciudades de Europa y América para tomar el poder
en Rusia e
imponerse como el dueño indiscutible de este poderoso imperio.
No es
necesario subrayar el papel desarrollado por los judíos
ateos en el
establecimiento del bolchevismo."
En el siglo 19, Samuel Johnson escribía ya: "No sé
de que más hemos de tener miedo, de las calles llenas de
soldados que suelen saquear o de las
buhardillas llenas de escribidores que suelen mentir."
¡ Hoy en día, nosotros Alemanes, tendríamos
que saber, después de 1918 y 1945, QUIEN más hemos
de temer !
Munich, 25 de abril de 1995
Reinhold Elstner
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