Entre el 31 de marzo y el 3 de abril, debió tener lugar una conferencia internacional sobre el tema "revisionismo y sionismo" en Beirut. A último momento, esta fue anulada; este desenlace había sido anunciado por la publicación en Le Monde de una carta firmada por catorce intelectuales árabes pidiendo la prohibición de la misma. La AAARGH ha podido averiguar lo que realmente ocurrió, y vamos a resumir cronológicamente los datos que tenemos. Anticipemos lo esencial : la supuesta indignación de intelectuales árabes no es más que un episodio en la escenificación mediática que se organizó para tapar lo elemental : los Estados Unidos hicieron saber al gobierno libanés que suspenderían un préstamo de veinticinco millones de dólares prometido para la reconstrucción del país, si dicha conferencia tenía lugar. En Beirut se acaba de dar una doble derrota: la de aquellos que no soportan ser desenmascarados, y la de los intelectuales que creen que se puede ser antisionista y a la vez aceptar los chantajes de los enemigos, a cambio del consabido plato de lentejas baratas : ser provisionalmente bien vistos por la prensa oficial del pensamiento democorrectocrático.
El evento estaba organizado por la organización suiza Vérité et Justice, en cooperación con el Institute for Historical Research, de California. El director de Vérité et justice es Jurgen Graf, condenado a quince meses de prisión en 1998 por "negación del holocausto", quien ha preferido expatriarse, y se encontraba recientemente en Teherán, invitado por universitarios iraníes; se esperaba la participación de Roger Garaudy, condenado a pagar unos $40.000 en 1998 por su libro Los mitos fundacionales del estado de Israel (publicado en Estados Unidos por el IHR), Robert Faurisson, Horst Mahler, abogado y escritor alemán, Frederick Toben, doctor en filosofía, director del Adelaide Institute en Australia, recientemente secuestrado varios meses en Alemania por trampa de un fiscal celoso, Henri Roques, autor de una tesis doctoral en Francia sobre el fraude de las "confesiones" de Kurst Gerstein, Oleg Platonov, historiador ruso, Mark Weber, director del IHR, Serge Thion, recientemente revocado de sus funciones como investigador especialista del sureste asiático en el CNRS, por decisión personal del primer ministro Lionel Jospin, y otros más.
Ya los órganos conocidos del lobby judío usamericano (Jewish anti Defamation League y el centro Simon Wiesenthal de California) andaban protestando, como es natural. De pronto, el periódico As Safir de Beirut publica en árabe, el 3 de marzo, un artículo de Hisham Milhem anunciando que el embajador David Satterfield de USA en el Líbano ha informado que dicha conferencia produciría gran disgusto entre los congresistas llamados a votar la ayuda prometida al gobierno libanés. Lo mismo expresaron directamente algunos miembros del congreso, y el embajador libanés en Washington, Farid Abboud, recibió las mismas advertencias. Ahí sí que se asustó el gobierno libanés. El primer ministro es una criatura de la familia real saudí. Pequeño empresario en obras públicas emigrado a Arabia, Hariri aumentó sus caudales complaciendo a los príncipes en sus costosos caprichos. No está en condiciones de negarse a nada de lo que le pidan sus protectores, ni a los bujarrones de estos.
En Le Monde, el 15 de marzo, se anuncia la conferencia "negacionista", así como la existencia de presiones sobre el gobierno libanés para que esta se suspenda, y se publica (en primera plana) la siguiente carta : "Nosotros, intelectuales árabes, estamos indignados por este proyecto antisemita. Ponemos sobre aviso a las opiniones públicas libanesa y árabe y hacemos un llamado a las autoridades correspondientes de Líbano para que se prohiba en Beirut la realización de esta manifestación inadmitible." Firman el texto los poetas Adonis (Líbano), Mahmoud Darwich (Palestina), el historiador Mohammed Harbi (Argelia), Mohamad Berada (Marruecos), Dominique Eddé, Elias Khoury, Gérard Khoury y Salah Stetié (Líbano), Fayed Mallas y Faruk Mardam-Bey (Siria), Edward Saíd, Khalila Saíd y Elías Sanbar (Palestina) . Mouna Naim, periodista de Le Monde, retoma párrafos del editorial del diario saudí El Hayat (con sede en Londres) donde el libanés José Samaha precisa que dicha conferencia "respaldará la idea de que el combate defensivo árabe contra Israel y sus aliados es en cierta forma la prolongación del proyecto de exterminio nazi. En nombre de las víctimas palestinas y árabes, esta conferencia tomará la defensa del verdugo nazi y de su crimen contra los judíos".
Es probable que hayan intervenido en la gestación de dicha carta el famoso Vidal Naquet del cual Le Monde anuncia que participará en una contra-conferencia sobre el tema "Memoria para el porvenir", en Líbano, donde intervendrá también el profesor jean-François Bergier, "presidente de la comisión de expertos para la segunda guerra mundial", el jurista Antoine Garapon, y otros guardianes de la ortodoxia; últimamente, Vidal Naquet anda con el firmante Mohammed Harbi, argelino, organizando conferencias para acallar la indignación, cada vez más pública, de los que denuncian a ciertos sectores del ejército argelino como responsables de parte de las masacres que vienen diezmando a los argelinos. Ya es hora de que la izquierda europa se pregunte qué casualidades unen a Vidal Naquet y a Harbi en el apoyo indirecto al gobierno de Argel y el apoyo explícito a la demanda sionista de anulación de una conferencia revisionista. Fuera de Harbi, encontramos la firma de poetas prestigiosos pero que nunca han demostrado tener conocimiento relevante de lo que pudo ser la administración alemana en los años cuarenta : a todas luces han sido manipulados.
El embajador de Israel en Francia, Elie Barnavi, clama su alegría y su agradecimiento, en el número del 18 de marzo, del mismo Le Monde (al que muchos en Francia prefieren llamar El Inmundo). Lo que más lo regocija es la firma de Edward Saíd, y lamenta (frunciendo el adusto ceño) que no haya firmado ningún egipcio. En realidad, como el propio Barnavi, nombrado a última hora embajador por Ehud Barak, y anteriormente bailarín habitual en los salones que también visitan los mundanos de la OLP parisina, tales como el director de la Revue d'études Palestiniennes, Elias Sanbar, la mayor parte de los quatorce firmantes son parisinos viejos, y no nos extraña que el amo les pase la mano a sus criados.
Un periodista pone en claro las reglas del juego : escribe Yag Bazhdid en ...... : "De ahora en adelante, cualquier escritorzuelo, ensayista próximo o medio oriental, tendrá harto cuidado en hacer lo conveniente para ser alabado como miembro de la "élite intelectual árabe". Por supuesto París es la ciudad habilitada para alistarlos, diferenciarlos de los desconocidísimos plumíferos de otro lado del Mediterráneo, cuasi genéticamente "antisionistas", lo cual viene a ser sinónimo de "antisemitas", es decir "nazis", mientras que la "élite" sí merece ser tratada como tal, gozar de invitaciones a Ferias del Libro y programas televisivos. Queda en suspenso el caso de Norman Finkelstein, al cual" la élite" todavía no ha catalogado : ¿hitleromericano, neofachoyorokino, nazimosaico?"
Sale al ring la central israelí, felicitando una vez más a los catorce firmantes, y añadiendo que las conferencias revisionistas suceden a cada rato en el mundo árabe, y que en estas "intentan demostrar que el asesinato industrial nazi no existió, que las cámaras de gas en campos de exterminio son una fabricación, y que estos hechos han sido inventados para fortalecer la noción de tragedia judía, y así fundamentar la creación del estado de Israel. Incluso hay vocingleros árabes que dicen que Israel utiliza métodos nazis contra los palestinos, lo cual es un absurdo indignante, y además contradictorio. De modo que está muy bien ("perfectly right") que individuos como Mahmud Darwish y Edward Said entiendan que la demanda palestina de independencia, y la innegable tragedia del pueblo palestino, no necesitan ser respaldados por tentativas patéticas para negar el Holocausto, lo que se planificaba en Beirut". (Ha'aretz, english internet edition, martes 20 de marzo). De modo que Darwish y Saíd, dos figuras a las que todavía no se ha podido matar, eliminar, destruir o reducir, ¡son chicos buenos que tienen toda la razón en no caer en la negación! Ha'aretz añade que los revisionistas insisten sobre el genocidio de los gitanos para reducir el de los judíos, lo cual es puro invento.
El 28 de marzo, Eliahu Salpeter expone en Ha'aretz que el antisemitismo actual se basa principalmente en la negación del holocausto, y que el Anti Defamation League debería perseguir encarnizadamente el antisemitismo árabe, como lo hace con el europeo; pues los "seudo-historiadores" cristianos que han fracasado estrepitosamente en difundir sus tesis en Europa estan teniendo éxito en el mundo árabe, y alcanzan los medios y medias oficiales. "De darse la conferencia de Beirut, se hubiera interpretado como un visto bueno panárabe y musulmán para un movimiento lanzado por seudo-historiadores cristianos". Llama la atención el epíteto de "cristianos", que parece significar simplemente en este caso "no judío", es decir sin derecho a pensar por cuenta propia.
En los días siguientes, varios árabes viviendo en París, Bruselas, Canadá, escriben a Le Monde para que se publiquen su nombre en apoyo a la persecución de los revisionistas, como buenos mercenarios..., y hacen un llamado para que se delate a los que no quieran acompañarlos en la movida. Al final, Hariri cede ante las exigencias del embajador usiano; algunos suponen que Chirac también adoctinó a su amigo Hariri, el mismo que había comprado el equipo de Brasil para que los franceses puediesen ganar el Mundial de futbol tranquilamente, (como había pronosticado de antemano el sabio Maradonna).
Los organizadores del evento hacen una declaración recordando los propósitos pluralistas y pacíficos de los debates previstos, y señalan que el "chantaje brutal que aceptó la administración americana es tanto más repugnante por cuanto en los mismos Estados Unidos han tenido lugar varias conferencias revisionistas sin que el gobierno se meta en ello, y no existe en dicho país legislación que castigue el revisionismo histórico." ... "La histeria que desencadenó el anuncio de la conferencia muestra que nuestros adversarios no tienen más arma que la fuerza bruta, y la anulación de la conferencia demuestra que un grupo pequeño manipula a la opinión pública y le quita a la masa de la gente el derecho a saber. Este grupo es el de unos sionistas, con poder enorme sobre los medias. Las víctimas del racismo sionista por ejemplo los intelectuales árabes firmantes de la petición de prohibición- no deberían tachar de racismo a los revisionistas, cuyos argumentos ellos ni conocen ni rebaten. Las publicaciones revisionistas tratan de técnica, de química, documentos y demografía. ¿Qué tiene eso que ver con el racismo?"
Pronto se hizo claro que a los dichosos catorce firmantes les habían embaucado, sencillamente. Edward Saíd lo expresó en la lista [email protected] , el 3 de abril.La periodista Samaa Abu Sharar, hija de Majed Abu Sharar, miembro del Comité Central del Fatah asesinado en Roma en 1981, recibió la declaración de Saíd, quien autorizó la reproducción de la misma : "Yo no he visto jamás el texto, sino que me llamaron por teléfono diciéndome que no había tiempo para facilitarme una copia, y se me pedía mi firma. Acepté firmar con la condición de que esto no conllevara ningún llamamiento a ningún gobierno para suspender la conferencia, por los siguientes motivos : a) no creo en peticiones a ningún gobierno, b) no le pido a ningun gobierno que prohiba nada, especialmente conferencias o libros, pues yo mismo he sido víctima de semejantes prohibiciones. " "Estoy profundamente opuesto a los negadores del holocausto pero estoy igualmente en contra de la vejación por parte de cualquier gobierno del derecho de cada cual a la libre expresión. Ha habido una terrible traición y un pequeño grupo de intelectuales "franco-árabes" simplemente abusó de mi confianza. Hasta hoy no se han dignado mandarme una copia siquiera de lo que he firmado". La estafa ya está demostrada y además ya se sabe para qué sirve la llamada "lucha contra el revisionismo" : sirve para convertir a gente medianamente inteligente y honrada en títeres al servicio del sionismo más inhumano.
"La vieille taupe" (el topo viejo, esa verdad que socava el subsuelo, y siempre vuelve a brotar de las entrañas de la tierra, según Carlos Marx), añade el comentario siguiente : "el artículo de Mouna Naïma es un llamado a la censura, la represión y el linchamiento, ya que los organizadores de la conferencia son calificaos por ella "organizaciones negacionistas neonazis". Esta última mentira sirve para justificar lo injustificable : la supresión del derecho de reunión y la libertad de expresión en un país aparentemente soberano. Pero el llamado patético de los "catorce idotas útiles" no fue causante de la prohibición. Sirvieron simplemente para el acompañamiento ideológico del sometimiento a un diktat del orden fascista-mundialista del cual el estado sionista y la industria del holocausto son las piezas principales. Dichos "intelectuales árabes" sólo han demostrado que están menos descolonizados de lo se creen ellos mismos, y han cambiado un colonizador por otro. ¿Cómo se les ocurrió respaldar una censura de la que todos sabían que se impuso por la fuerza y el chantaje? El intelectual que presta socorro a los poderosos para justificar la arbitrariedad, ¿acaso no es peor que un esclavo? El libanés José Samaha, en su artículo del El Hayat titulado "Los protocolos de los sabios de Beirut" demuestra una sumisión completa a la representación paranoica del mundo que es una constante de la propaganda sionista, especialmente cuando escribe : "En nombre de las víctimas palestinas y árabes, esta conferencia tomará la defensa del verdugo nazi y de su crimen contra los judíos". Esto, de parte de un "intelectual árabe" es doblemente absurdo por el hecho masivo de que el "combate defensivo árabe" desde hace años (y mucho antes de que surgiera el menor revisionismo en torno a la historia de la persecución de los judíos por el nacionalsocialismo alemán) se nos viene presentando en ciertos círculos judíos como la prolongación del proyecto de exterminio nazi. Más generalmente la amenaza de exterminio que supuestamente pesaría sobre los judíos y justificaría el exterminio de sus enemigos es una constante del judaísmo, presente dondequiera en la Biblia, y se expresa con suma claridad especialmente en el libro de Ester y la liturgia de Purín. Es un tema que ha sido ampliamente utilizado durante todas las guerras de Israel, y lo seguirá siendo, con revisionismo o sin él, con Beirut o sin conferencia. Y es ingenuo creer que el sionismo se mostraría comedido si descubriera, gracias a la buena voluntad de los catorce, quelas cosas no son tan así. Estos catorce intelectuales árabes se han situado en la línea de la gran quiebra de los intelectuales occidentales que no han encontrado todavía los argumentos contra el revisionismo, y contestan nuestros argumentos con anatemas, censura y represión.
El punto de vista de Robert Faurisson :
En ningún momento pensé que nos dejarían llevar a cabo una conferencia revisionista en Beirút pero actué como si este encuentro debiera ocurrir.
Solamente me cuidé de no confirmar mi pasaje de avión hasta el último minuto. Así pude salvar el gasto.
Se puede comprender a Rafik Hariri, primer ministro de Líbano. La deuda de su país alcanza hoy en día veinticuatro mil millones de dólares por cuatro millones de habitantes (Agnès Levallois, Le Monde Economie, 27 février 2001). Además no podía dejar razonablemente que estallase, junto al estado de Israel, lo que yo llamo la "bomba atómica del pobre". Esta bomba, aderezada por los revisionistas, no mata a nadie, pero si se la hace estallar en el escenario internacional, puede, por una sucesión de reacciones en cadena, desintegrar paulatinamente la impostura del "holocausto". Y dicha impostura es lo que permitió la creación del estado de Israel, estado del cual es a la vez la espada y el escudo.
Los dirigentes de todos los estados del planeta necesitan dinero y por lo tanto tienen que hacer arreglos con los judíos. Estos, siempre gimientes y siempre amenazantes, saben hacerse temibles. Pueden si les da la gana cortarles el abstecimiento, lanzar un boicot, provocar un embargo. En las actuales circunstancias, ningún dirigente puede tolerar que tenga lugar una conferencia revisionista en su territorio nacional. Japón está totalmente subordinado (véase el affaire del magazine Marco Polo). Y China está jugando a fondo la carta judía : tiene interés en que se mantenga la ficción del holocausto de los judíos para poder pretender a su vez que los chinos han sido víctimas de un holocausto parecido, perpetrado por los japoneses; los chinos se presentan como los "judíos" de los nipones, y, siguiendo el modelo judío, le exigen a Tokyo sustanciales reparaciones financieras. Además me lo recuerda oportunamente Serge Thion -- China mantiene buenas relaciones con el estado judío que le vende importantes secretos militares y tecnológicos venidos, en parte, de Estados Unidos. En cuanto a los dirigentes iraníes, también tienen miedo de los judíos, a quienes odian; han interrumpido en el Tehran Times la publicación de una serie de artículos revisionistas y se han negado a comunicar el motivo de esta decisión.
No veo más que tres posibilidades para que tenga lugar pronto una conferencia revisionista internacional :
1. Se dará en Estados Unidos, con las precauciones habituales reforzadas;
2. Se dará en otro país pero sin previo anuncio, con un número restringido de participantes y por una duración que no excederá dos días (pernoctándose una sola noche); sólo al final del encuentro, o aún más adelante, saldrá un comunicado anunciando que dicha conferencia ha tenido lugar efectivamente;
3. Si la situación de los palestinos se agravara notablemente, provocando una fuerte indignación entre los pueblos del Próximo y Medio Oriente, el dirigente de un país de esa región podría tomar la decisión de cruzar el Rubicón: como réplica a una completa sharonización de la política israelí, entonces encontraría el valor de anunciar que su país albergará una conferencia revisionista y decidiría resistir, hasta las últimas consecuencias, las formidables presiones ejercidas por los SKKK (Serial Kosher Kid Killers : matadores de niños en serie según el ritual casher).
Por ahora, este proyecto de conferencia en Beirut, armado por americanos muy amantes de la publicidad y por suizos ingenuos, no termina en fracaso rotundo. Las repercusiones del asunto, sin ser muy notorias por ahora, hna podido abrirles los ojos a muchos sobre el valor intrínseco y el alcance internacional del revisionismo histórico. Y ya es una ganancia para el porvenir.
Vease Texto
de Robert Faurisson escrito el 22 de marzo para el 31 de marzo
2001