From Eric, 5 Sept. 1999
De mi consideración: Me gustaría contactarlos. Es
muy bueno su sitio. Soy argentino. Transcribo una hoja de un texto
que aclara también la situación argentina, y se
vincula con las mentiras que tildan a los argentinos de nazis
y con el peligro que representa las mentiras propaladas sobre
el oro nazi en Argentina, que dió cabida a mucha gente,
alemanes e incluso judíos (ver nota 1).
La sociedad argentina -- y contrariamente a las infamias que se
propalaron antes, durante y después de los macro atentados
--, no era -- ni es -- una sociedad antisemita. En Argentina crecieron
y sobretodo prosperaron con absoluta libertad de elección
-- personal y grupal -- muchas generaciones de judíos,
y lo hicieron sin ningún tipo de condicionamientos, a diferencia
de otras sociedades occidentales democráticas señaladas
como modélicas. La comunidad judía tuvo mucho más
movilidad social que cualquier otra comunidad de origen inmigrante,
llegando a ocupar, en la actualidad, espacios sociales mucho más
próximos al vértice que a la base de la pirámide
social argentina. En rigor de verdad, ya no existen judíos
de la clase baja en la Argentina . El hijo del sastre judío
inmigrante fue un vendedor de trajes, y su nieto es economista,
abogado o médico. Pero, economista, abogado o médico,
está integrado a la Tecnoestructura gran empresarial del
país. Mucho más éxito, si cabe, tuvieron
los miembros de la comunidad judía residente en la Argentina
que actuaron en el campo de la cultura y de las empresas culturales.
Son judíos una proporción muy alto de profesores
universitarios, actores y funcionarios del estado calificados.
Ramas profesionales enteras, como el negocio del psicoanálisis,
son dominadas por judíos, los judíos controlan íntegramente
el mercado editorial y casi totalmente los medios de comunicación.
Un porcentaje desproporcionada mente alto (en relación
a la cantidad de judíos per cápita existente en
la Argentina, un 2 por ciento de su población total, apróximadamente)
de profesionales liberales son judíos. Podríamos
ampliar la lista, pero ya es hora de plantear el interrogante:
¡que extrañas formas adquiere el antisemitismo en
la sociedad argentina!. ¡Qué anormal es éste
antisemitismo que durante décadas permitió que los
judíos adquiriesen un poder descomunal, mucho más
allá de la cantidad de judíos residentes asumidos
como tales. Ese poder se ha ampliado hasta llegar al paroxismo
de los tiempos actuales.
1. Recordemos que entre 1930 y 1949 "la argentina recibió
a más refugiados judíos per cápita cualquier
otro país del mundo, excepto Palestina y, posiblemente,
Uruguay)". Ronald C. Newton. El cuarto lado del triángulo,
la "amenaza Nazí" en la Argentina (1931-1947).
Sudamericana, Buenos Aires, 1996.