Política Carta de Norberto Ceresole
al diario El Universal
Miercoles, 8 de marzo de 2000
Sr. Director de El Universal
En el reportaje realizado por el periodista Roberto Giusti al
señor Alberto Garrido, editado el día 05 del presente
mes de marzo, se pueden leer reflexiones importantes acerca de
la influencia que tuvo y tiene mi pensamiento en la formación
del actual sistema político venezolano. Ella es particularmente
significativa no sólo en el plano teórico -- o "ideológico"
-- sino en el concreto nivel institucional. Es para mi un motivo
de orgullo profundo, por ejemplo, que el sistema de inteligencia
militar venezolano se esté reestructurando siguiendo lineamientos
estratégicos que yo en su momento he propuesto, y que actualmente
se encuentran sistematizados en un libro editado en España
que aún no ha llegado al mercado venezolano.
Pero en ese mismo reportaje también hay afirmaciones que
son sencillamente falsas, lindando con lo espantoso. Por ejemplo:
"... Más bien es un neonazismo a secas. La teoría
ceresoliana culmina con el renacimiento de la Alemania nazi y
la eliminación de los judíos.
-- ¿Y a quién va eliminar Chávez?
-- Chávez no es neonazi, Ceresole sí. Pero hay ideas
de éste que fueron tomadas. No en vano estuvieron en contacto
durante cinco años."
El señor Giusti, o el señor Garrido, o ambos a la
vez, se refieren a una parte segmentada de mi pensamiento, y sostienen
que ella "culmina" con "la eliminación de
los judíos" y el "renacimiento de la Alemania
nazi". Es evidente que la palabra "eliminación"
puede y debe ser interpretada en el sentido literal de "muerte"
o "exterminación". Y de hecho así lo hace
una parte de la extensísima literatura especializada existente
sobre el tema, que muy probablemente desconozcan tanto Giusti
como Garrido.
Por lo tanto ese fragmento del texto publicado por su periódico
me señala explícitamente como "criminal",
o como "instigador de crímenes raciales", lo
que constituye -- como usted bien sabrá -- un delito gravísimo
en casi todos los países occidentales que ya han legislado
sobre esta cuestión.
Yo supongo que el señor Giusti, el señor Garrido
y usted mismo – como editor responsable –
tendrán muy en claro en qué parte de mi obra yo
sostengo semejante horror: que hay que "eliminar" a
los judíos y que debe resurgir la Alemania nazi.
Les va a ser muy difícil encontrar esa apoyatura documental
en mis trabajos, porque yo jamás he escrito, dicho o sugerido
una locura semejante. Lo que sí he dicho y escrito es algo
muy pero muy distinto. Es una buena noticia para darle al mundo:
en mi opinión jamás se ha producido en la historia,
afortunadamente, una "eliminación" de judíos
semejante a la que supuestamente se refieren los señores
Garrido-Giusti. Y yo me alegro profundamente de que no exista
el Mal Absoluto en los asuntos humanos, como pretenden algunos
"teólogos", como el señor Pynchas Brener,
quien compara al presidente Chávez nada menos que con Hitler
y con Stalin (en: "El Rey está desnudo", El
Nacional, 01 de diciembre de 1999).
Sin embargo el periódico que usted dirige sirve como plataforma
para que se me acuse, sin base documental alguna, de cometer un
delito gravísimo, como es el de proponer la "eliminación"
de un grupo humano como mecanismo "normal" dentro de
una estrategia política. Asimismo el reportaje sostiene
que el presidente Chávez ha "tomado mucho" de
mis ideas, con lo cual se lo hace parcialmente partícipe
o responsable de las mismas.
Supongo que se dará cuenta de lo peligroso de esta situación,
del enorme daño que ella me causa, y de su explícita
intencionalidad política. No es la primera vez que alguien
me agrede en Venezuela. Conozco perfectamente el fondo último
de esta situación: el quién, el por qué y
el para qué. Pero por su enorme magnitud destructiva, le
aseguro a usted que ésta será la primera "difamación
pública" que no soportaré en silencio; el "libelo"
de ustedes es demasiado; daña mi credibilidad en todo el
mundo científico y político: ha sido la gota que
ha colmado el vaso.
Por el momento me siento con el derecho de exigir la publicación
completa y destacada de esta carta, adjuntando una aclaración
de los autores respecto de la bibliografía utilizada, es
decir de las fuentes documentales que ellos han consultado y sobre
las cuales se han basado para afirmar que soy "neonazi"
(de paso me interesaría saber qué significa realmente
ese concepto) y que propongo la "eliminación de los
judíos" y el resurgimiento de la Alemania nazi.
Mis saludos.
Norberto Ceresole
E-Mail: [email protected]
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El Universal, 8 de marzo 2000. <http://www.analitica.com/va/>
Venezuela Analitica Editores.
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El Universal
Caracas, domingo 05 de marzo, 2000
De la infiltración de las FAN por la subversión
civil surgió el MBR-200
Según Garrido, el primer ideólogo
del 'movimiento' fue Douglas Bravo, el segundo, Ceresole
(Foto Félix Gerardi)
¿No es el ideario bolivariano
una fachada detrás de la cual se esconden ideologías
autoritarias? La definición la da Francisco Prada en el
primer libro, cuando afirma que 'es como una religión para
nuestro pueblo'. Y es que no se trata de una ideología,
sino de unas ideas que tomó el movimiento bolivariano,
ampliada en algunos casos.
¿Ampliada de qué forma? La patria grande latinoamericana,
por ejemplo, concepto al cual se incorpora a Brasil. De allí
la política del Gobierno hacia ese país. Luego el
concepto del Tercer Ejército, que se relaciona con la convocatoria
de Chávez a una OTAN latinoamericana. La estructuración
de este ideario se produce entre los dirigentes del Partido de
la Revolución Venezolana, que tenían como modelo
al ejército de Bolívar, de carácter cívico
militar, unión de militares profesionales con gente del
pueblo.
¿O con intelectuales de la izquierda? Posiblemente hay
intelectuales de izquierda en la situación venezolana,
pero lo que casi se dio en Ecuador va más allá.
Tú no puedes afirmar que toda esa masa indígena
era de intelectuales. Y se dio una conjunción con militares.
Pero me refiero a la hipótesis del PRV, liderado por Douglas
Bravo, que desarrolló una política hacia las FAN.
¿Entonces el origen del 4F está en el PRV-Ruptura
de Douglas Bravo? Eso es lo que dice Douglas Bravo y nadie lo
ha desmentido. El es el primer ideólogo, luego aparece
Ceresole. Por eso afirmo que los comandantes perdieron la huella
de Chávez después de Yare, cuando surgen dos elementos
que ayudan a comprender la actual situación:
por un lado Ceresole, quien plantea la relación líder
único-masas, que es lo que Chávez está aplicando,
y un eje de poder latinoamericano cuya cabeza revolucionaria sería
él mismo, para reunirse con otros ejes de poder mundial
en esa multipolaridad que, según Ceresole, debe confrontar
a Estados Unidos e Israel.
Caracas, Trípoli, Bagdad.
En el primer libro Izarra relata los viajes a Irak, Libia y sus
reuniones con Khadafi. Luego se aclara que todo eso, aunque estuvo
planteado, no llegó a nada.
¿Había dinero de Libia en la campaña de Chávez?
Son meras especulaciones. Pero hubo una relación que, según
Izarra, terminó quince años atrás. Es así
como en uno de los proyectos de Constitución Bolivariana
aparecía un artículo que identificaba a la OPEP
como entidad geopolítica, y eso se puede vincular con la
reunión OPEP que se quiere hacer en Caracas con jefes de
Estado.
¿La influencia de Ceresole determina la subordinación
del ideario bolivariano?
Chávez no ha renegado de esas ideas bolivarianas. Cuando
plantea el problema de la soberanía frente a Estados Unidos
está respetando el ideario bolivariano. El asunto es que
no hay una sistematización ideológica. Tampoco se
localizan allí signos del sistema cerrado marxista. Son
ideas sueltas que se toman para impulsar la revolución.
Ideas sueltas que culminan con un vulgar cuartelazo. La intención
no era la de un cuartelazo. Fue un movimiento que buscaba una
insurrección cívico-militar y terminó siendo
un simple golpe de Estado.
El actual ministro de Minas se quedó esperando un camión
cargado de armas que Chávez enviaría a los civiles.
Esa discusión no ha terminado. Hay acusaciones mutuas.
¿Persiste en el gobierno de Chávez esa desconfianza
hacia los civiles? Pareciera que fuera al revés. En este
momento Chávez defiende a los civiles por la vía
de Miquilena y José Vicente.
¿Se trata de una pugna entre civiles y militares o hay
combinaciones un tanto más complejas?
Por supuesto. El juramento de los bolivarianos reza que no descansarán
'hasta haber roto las cadenas que los oprimen por voluntad de
los corruptos...'. Lo cierto es que nadie, todavía, ha
roto las cadenas que nos oprimen por voluntad de los corruptos.
La lucha contra la corrupción es algo tan fundamental en
este proyecto que se ha transformado en arma de parte y parte.
Hay un discurso dirigido a la Fuerza Armada. Aquí está
estallando un conflicto entre dos estilos, el de Chávez
y el de Arias, absolutamente distintos a la hora de concebir la
acción política y militar.
¿Es sólo cuestión de estilo?
No. Están las diferencias que incorpora Ceresole.
¿La diferencia entre Chávez y Arias la hace Ceresole?
Cuando se juramenta el grupo inicial se establece que la dirección
es colectiva, no personal. Hay sí un reconocimiento a Chávez
quien, según relatan ellos, es un extraordinario trabajador,
mientras que Arias era considerado el intelectual. Arias Cárdenas
estaba mucho más volcado hacia la búsqueda del apoyo
civil. Eso queda establecido en sus cartas a Kléber Ramírez,
quien elaboró los decretos del 4F. Así como Chávez
ha sostenido principios del bolivarianismo original, ha incorporado
elementos ceresolianos.
¿Fascistas?
Más bien es un neonazismo a secas. La teoría ceresoliana
culmina con el renacimiento de la Alemania nazi y la eliminación
de los judíos.
¿Y a quién va eliminar Chávez?
Chávez no es neonazi, Ceresole sí. Pero hay ideas
de éste que fueron tomadas. No en vano estuvieron en contacto
durante cinco años. El otro elemento es que cerrada la
vía de la sublevación militar surge la opción
electoral y la revolución pacífica y democrática.
Aparecen José Vicente y Miquilena, quienes apoyan a Chávez
a partir de Yare.
¿No estaban comprometidos desde antes del 4F?
Izarra dice que hubo contacto con José Vicente, pero es
que lo hubo con un amplio sector de la vida política civil.
Gente del MEP, del MAS, Los Notables. La operación militar
es otra cosa. Hubo una gran conspiración civil y militar,
pero a la hora de los tiros, los civiles dicen que se quedaron
esperando y los militares que los civiles no llegaron.
¿Por qué estableces una continuidad entre las guerrillas
de los sesenta y el 4F?
La intención de estos trabajos es que se conozca la historia.
De lo contrario vienen las grandes deformaciones. Por ejemplo,
nadie ha mencionado la intervención de Douglas Bravo y
resulta que estaba metido en todo. O que la vía de comunicación
era Hugo Trejo, quien jugó un papel decisivo.
Pero luego viene una ruptura entre Chávez y Bravo. Así
lo cuenta Douglas. Chávez va saliendo de ellos. Lo hace
rápidamente. Parece que se va a quedar solo. Una de las
concepciones ceresolianas es el gobierno en soledad. Y en la carta
de Chávez a la Corte es eso lo que se plantea.
¿Qué significa 'gobierno en soledad'?
Es el líder único. En la concepción de la
posdemocracia de Ceresole las elecciones sirven para legitimar
y para que el soberano deposite en un líder único
el poder. A partir de ahí no hay más discusión
de liderazgo. Hace unos días Chávez le dijo a la
gente de su partido quién era el líder, o sea, 'yo'.
Y ahí está el cuestionamiento de los comandantes,
quienes le advierten que no son empleados de una empresa suya,
sino que forman parte de un proyecto que sigue. La bifurcación
es clara. Lo que hay es una lucha de poder.
¿Una lucha de poder que se resolverá de qué
manera?
El proyecto original no es viable en términos generales,
aunque tiene elementos rescatables. Está la práctica
de poder de este grupo de comandantes. Cuando Arias Cárdenas
llega al poder comprende su complejidad. Por eso puede reunirse
con el Ejército de Liberación Nacional colombiano
y paralelamente relacionarse con todos los sectores de la vida
zuliana. Chávez ha tomado para él otro de los consejos
ceresolianos y es que si el poder no se maneja por medio de la
confrontación se produce la entropía, el desvanecimiento
progresivo de ese poder. Para que se fortalezca tiene que chocar.
Hasta ahora le ha ido bien porque encontró partidos desvencijados.
Pero la confrontación es permanente y está ahora
con los medios, que están en contra de muchos de sus planteamientos
de la prisión, no se sabe cómo terminará.
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Todas las falsas "integraciones" también están
en crisis. Tal vez haya llegado el momento de ensayar la única
integración posible: la bolivariana. Ella implica poner
en marcha pueblos y ejércitos ( y no meras cuestiones "económicas"
), y pensar, en definitiva, en un gobierno para toda la América
Meridional. Es necesario revalorizar viejos conceptos, como el
de la "Gran Colombia" y el de la "Argentina Andino-Pacífica".
Será de la confluencia de ambos dede donde saldrá
nuestro espacio geopolítico liberado: nuestra única
posibilidad de supervivencia. Las cuestiones geopolíticas
son proyecciones esenciales de la política interior venezolana,
ya ellas son elementos básicos y determinantes de la viavilidad
de la Nueva Venezuela. La oportunidad es única: los pueblos
están pauperizados y engañados, y por lo tanto politicamente
vacantes; y los ejércitos castrados, destruidos y humillados,
ergo, angustiosamente necesitados de liderazgos. Es el aspecto
estratégico de la revolución lo que nunca se debe
perder de vista.
150 páginas, 21x14 cm
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