"Who controls the past, controls the future;
who controls the presents, controls the past".
(George Orwell, "1984")
EL HIPOPOTAMO, EL ESCEPTICO Y EL SHOAH-BUSINESS.
Por supuesto, por supuesto. ¿Cómo, el lector no
lo sabía? Entonces es hora de que se entere: hay un hipopótamo
instalado en su dormitorio.
Ciertos lectores se inclinarán a la suspicacia. Su incredulidad
quedará disipada mediante el siguiente diálogo.
DIALOGO 1. El Hipopótamo Metafísico.
--Usted habla nada menos que de un hipopótamo en mi dormitorio,
es un completo disparate.
--¿Por qué un disparate?
--En mi dormitorio no veo ningún hipopótamo.
--Ah, pero ése no es motivo de duda: le aclaro que se trata
de un hipopótamo invisible, pero no por eso menos real.
--¿Un hipopótamo invisible pero real? ¿Y
como entra semejante paquidermo en el dormitorio, cómo
no tropiezo con él?
--Le aclaro que no estamos hablando de un hipopótamo vulgar,
éste es invisible e intangible, atraviesa las paredes y,
por supuesto, usted no puede palparlo.
--Aún así. Mi perro lo escucharía y lo olería.
--Tampoco, no despide olor ni hace ruido. Es invisible, intangible
e inaudible -- y por si pretendiera usted ponerse en materialista,
le indico desde ya, que este hipopótamo no presenta masa,
ni energía, ni reacciona a los instrumentos de laboratorio.
--¿Pero qué hipopótamo es ése?
--Es un hipopótamo metafísico.
¿Ha quedado usted convencido? El incrédulo lector
se dirá que no hay ninguna diferencia entre afirmar un
hipopótamo metafísico en el dormitorio o simplemente
negar que exista allí un hipopótamo. Ajá.
Claro, es fácil hacerse el inteligente cuando no hay riesgo.
Pero la cuestión se complicaría si hubiese una Religión
del Santo Hipopótamo, con un imponente número de
creyentes, predicadores, teólogos e inquisidores... y si
las autoridades nacionales e internacionales reconocieran al Hipopótamo
Metafísico y dictaran leyes castigando severamente a quienes
pusieran en duda su existencia. En ese caso el lector omitirá
tantas preguntas y conviviría lo mejor posible con el paquidermo.
¿Pasan esas cosas en el mundo real? Bueno, según
se mire. En vez de Hipopótamo ponga usted "Holocausto"
y observe las reacciones. Como declararon públicamente
P. Vidal-Naquet, L. Poliakov y treinta intelectuales franceses:
"No se puede preguntar cómo fue posible el genocidio. Fue técnicamente posible, porque tuvo lugar. Ése es el punto de partida obligatorio para toda investigación histórica sobre el tema. Nosotros queremos simplemente recordar: no hay discusión sobre la existencia de las cámaras de gas, ni puede llegar a haberla"
(Le Monde, 21.2.79).
Aquí entonces, no se admiten discusiones, se cree o se
marcha preso. ¿Por qué? En parte por decoro, por
no hacer el ridículo. Las discusiones, cuando estaban permitidas,
se iban pareciendo a las de Arriba.
DIALOGO 2. El Holocausto Metafísico
--Si se hubiera gaseado a tanta gente deberían verse algunas
huellas.
--El gas del Holocausto se disipa y no deja huellas.
--Quedarían cadáveres.
--Nada de eso, eran incinerados por completo y las cenizas también
desaparecían sin dejar rastros.
--Pero los crematorios no pueden trabajar de esa manera, se necesitarían
millones de toneladas de carbón, que en la guerra era sumamente
escaso.
--En el caso del Holocausto se disponía de ese carbón
en depósitos secretos.
--Un disparate. Además, las chimeneas estarían arrojando
humo sin interrupción y se vería en las miles de
fotos áreas que los aliados tomaron sobre Auschwitz.
--Nada de eso, probablemente esos aviones de reconocimiento disponían
de un filtro especial que eliminaba el humo.
--Aún así, se verían en las fotos las sombras
que arroja el humo.
--El humo del Holocausto no arrojaba sombras.
--¿Pero qué clase de holocausto es ése?
Etcétera. Por toda Europa las democracias liberales emiten
gradualmente leyes de represión que impiden estas discusiones.
Castigando las divergencias, salvan el consenso de los demócratas.
¡EL HOLOCAUSTO ES EVIDENTE!
Por la época en que se expedían las ultimas leyes
de censura, en un show televisivo de adoctrinamiento, se invitó
al especulador Ignaz Bubis (Presidente del Consejo Judío
Central de Alemania) para esclarecer a la juventud sobre el Holocausto.
Tras los relatos de siempre, uno de los muchachos le preguntó
con un poco de timidez: "Bueno, sería terrible, pero
¿donde están las pruebas?". La respuesta de
Bubis fue un indignado chillido: "¡Usted me pregunta
dónde está mi madre asesinada, dónde está
mi hermana asesinada! Millones de víctimas ¡y encima
me pide pruebas!" Aplauso espeso de la claque en el estudio
y fin del debate.
En realidad, Bubis y los suyos desearían un argumento que
estableciera el Holocausto de forma absoluta, un Holocausto tan
irrefutable como el Hipopótamo Metafísico, exento
de cadenas causales y de molestas incursiones empíricas.
La Teología Dogmática del Holocausto desearía
plagiar a San Anselmo de Canterbury (en el conocido argumento
ontológico de la existencia de Dios): El Holocausto es
el crimen más atroz que puede pensarse (id quo peius cogitari
nequit). Ahora bien, si el Holocausto no fuera real podría
pensarse otro crimen igual pero que fuera real, lo que seria peor,
y entonces el peor crimen que puede pensarse no seria el peor
crimen que puede pensarse. Esto es contradictorio. Por lo tanto,
el Holocausto tiene que ser real y ni siquiera puede pensarse
que no lo haya sido. Q. E. D. Si un insensato sugiere lo contrario
debe ser relajado al brazo de la justicia secular.
La tenaz Teología del Holocausto emplea una argumentación
más simple, que serviría hasta para probar la Inmortalidad
del Cangrejo: el alma del cangrejo es inmortal, porque es simple;
y la simplicidad del alma del cangrejo se sigue del hecho de que
ella es inmortal. ¿Qué tal? Del mismo modo procede
la Teología del Holocausto: la realidad del Holocausto
es indiscutible porque nos consta la perversidad intrínseca
del Nacionalsocialismo; y esto último lo sabemos muy bien
por la realidad del Holocausto. Q. E. D. Un ejemplo estupendo
de demostración circular al que se acogen la mayoría
de las Cortes de Justicia.
Desde 1990 se impone, casualmente desde Alemania, una abreviación
aun más grotesca: el Holocausto es un hecho notorio y publico
(offenkundig). Y que el Holocausto es un hecho notorio y publico
es también un hecho notorio y publico. Q. E. D. Con esta
cómoda fundamentación cualquier Tribunal puede rechazar
pedidos de dictamen o pericias a favor del disidente acusado,
como se vio en los recientes procesos contra el General Otto Ernst
Remer (actualmente exilado en España), contra el Ing. Walter
Lüftl (ex-presidente de la Cámara Federal de Ingenieros
en Austria), contra Gunther Deckert (ex-presidente del NPD alemán,
en estos momentos en prisión) y contra Germar Rudolf (químico,
ex-investigador de la Max Planck-Gessellchaft, que escribió
un dictamen en el juicio del Gral. Remer).
RELEVANCIA POLITICA DE UN DILEMA HERETICO.
¿Quienes son los heresiarcas, los verdaderos disidentes
del Sistema? Para el disenso en el sentido peligroso de la palabra
no basta con leer a Carl Schmidt y después confeccionar
un resumen. En este punto debemos darle la razón a Ian
J. Kagedan, Director de Relaciones Gubernamentales de la B´nai
B´rith de Canadá: "El recuerdo del Holocausto
es el elemento principal del Nuevo Orden Mundial" (Toronto
Star, 26.11.1991). Disidente es todo aquel que o bien mitiga
la relevancia del Holocausto (Verharmlosung) o quien niega
su realidad (Leugnung), disidente es el que plantea dilemas molestos.
Supongamos que el relato del Holocausto fuera cierto. En la II
Guerra Mundial murieron alrededor de 60 millones de personas.
¿Por qué interesarían justo esos presuntos
6 millones del Holocausto? Por supuesto, su exterminio constituiría
un crimen brutal, cometido en tiempo de guerra; cruel, pero no
más cruel que el bombardeo aliado sobre la población
civil alemana. Podría concebirse como un acto de represalia,
como suele ocurrir en todas las guerras... Este pensamiento está
prohibido porque incurre en la figuras del Verharmlosung, atenuamiento
de culpa.
Ahora supongamos que el relato del Holocausto fuera falso. ¿Cómo
explicar la actitud del sionismo internacional? Tal actitud supondría
la voluntad y el poder para mentir por 50 años en escala
internacional, expoliar a un pueblo y exigir para sí privilegios
jurídicos. Eso constituiría un crimen perverso,
cometido en tiempo de paz. Y esa voluntad y poder del sionismo
contarían con la complicidad de las minorías gobernantes...
Esta ocurrencia está prohibida bajo la figura de Leugnung
y de Volksverhetzung, es decir, negación agravada y agitación
del pueblo.
Las reacciones de los Medios corroboran la relevancia politica
de tales reflexiones. Por ejemplo, en el Franfurter Allgemeine
Zeitung (15.8.94) escribe Patrick Bahners:
"Si Deckert tuviera razón, la República Federal de Alemania estaría fundada sobre una mentira, cada discurso del presidente, cada minuto de silencio, cada libro de Historia sería una mentira. Quien niega el Holocausto pone en duda la legitimidad de la República Federal de Alemania".
En el juicio de G. Deckert de 1994 se dejó claro que la
independencia del Poder Judicial queda cancelada en los juicios
políticos. Se suspendió en sus funciones al juez
Orlet que había aplicado a Deckert una pena de una año
en libertad condicional. Anulado este juicio, en el siguiente
se condenó a Deckert a dos años de prisión
efectiva. La acusación: haber hecho una traducción
simultánea de una conferencia de Fred Leuchter, experto
norteamericano en ejecuciones en cámaras de gas. En estos
procesos los jueces ya estaban prevenidos: o rueda la cabeza del
acusado o la suya propia. Y aquí se ve la relevancia politica
de toda esta discusión. No se trata de Historia alemana
sino de la Ortodoxia del Sistema vigente?. ¿Comprende usted?
Una advertencia: si sigue leyendo se meterá en la famosa
boca del lobo, junto a heresiarcas contumaces e imprudentes.
UNA MANIPULACION DESINHIBIDA
El revisionista que niega el Holocausto tiene que luchar contra
prejuicios cimentados por decenios de desinformacion. ¿Qué
se puede exigir al ciudadano promedio si un intelectual como Alain
de Benoist, al escribir sobre Hitler en su `Vu de Droite'
no tiene mejor ocurrencia que citar la autoridad de un embustero
como Rauschning? Al ciudadano promedio le parece imposible que
grupos y personalidades tan diversas se confabulen durante cincuenta
años para manipular la historia. Quien postula un poder
semejante parece comprometerse con ciertas formas de ficción
politica, repleta de afirmaciones incontrolables sobre fuerzas
ocultas.
A esto se puede replicar que la función de la propaganda
es legitimar un determinado estado de cosas -nada más natural
que hacer leña del árbol caído y mentir sobre
el enemigo derrotado-. Pero observemos un ejemplo aleccionador,
un hecho poco conocido y fácilmente verificable: la tergiversación
de la Biblia en aquellos lugares donde podría resultar
un paralelo sospechoso para el Holocausto. Recordemos que las
primeras versiones del Holocausto hablaban de muerte en el fuego,
de donde procede el termino "Holocausto ". Bien, en
las Biblias de una edad respetable encontrará usted el
pasaje de Samuel II, c 12, con esta versión:
"David tomó a todo su pueblo y asedió y conquistó la ciudad de Rabba y quitó la corona del rey que pesaba 50 kilos en oro y piedras preciosas, y se la colocó en su propia cabeza; luego hizo saquear la ciudad. A los habitantes los colocó en sierras de hierro y cuñas de hierro y los redujo a cenizas en hornos de ladrillo. Hizo lo mismo en todas las ciudades de los hijos de Ammon. Después volvió con todo su pueblo a Jerusalén" (Samuel II, cap. 12, v. 29-31, según la Züricher Bibel de 1914).
Luego de la II Guerra Mundial encontramos el predominio de otra
versión, donde el David genocida se readapta y se transforma
en un creador de fuentes de trabajo:
"A los habitantes de la ciudad los llevo afuera y los hizo
trabajar con sierras, picas y haces de hierro y con ladrillos"
( Samuel II, cap. 12, v. 31 según la misma Zuricher
Bibel 1945 ).
¿Capricho de protestantes? En el siglo XIX la Vulgata colocaba,
a propósito de las actividades de David en Rabba: "
populum quoque ejus adducens serravit, et circumegit super eos
ferrata carpente, divisitque cultris et traduxit in typo laterum".
Confronte usted la traducción de Torres Amat, de principios
de siglo, con las versiones sucesivas de Nácar Colunga
en la serie B.A.C. de la Editorial Católica.
Pueden darse al hecho variadas explicaciones, aunque en un dato
coincidiremos todos: la creación de una atmósfera
filosemita que no retrocede ni ante la manipulación de
textos tenidos por sagrados. Moraleja: si esto es posible sin
revuelo de teólogos cristianos, también lo será
la tendencia a presentar supuestos documentos sin temer la critica
de los historiadores oficiales. ¿Nos vamos entendiendo?
LOS DOCUMENTOS GEMELOS
La cuestión del Holocausto es entonces algo más
que una cuestión histórica, la materia es histórica,
la finalidad es política. Es una cuestión de legitimidad
política para el Sistema que nace tras la derrota del Eje
y quiere abolir las naciones. Y es también una cuestión
de honestidad intelectual frente a un sucedáneo de Teología
que postula un hecho, impone una exégesis y despliega una
Inquisición.
La problemática del Holocausto puede abordarse como la
investigación de dos cuestiones. Primera cuestión,
si hubo en la conducción del III Reich la intención
de exterminar la población judía. Segunda cuestión,
si de hecho se produjo tal exterminio. La versión más
ortodoxa responde afirmativamente a ambas cuestiones; de todas
maneras hay que registrar una diferencia entre historiadores oficiales
"intencionalistas" y "funcionalistas"; éstos
excluyen el propósito inicial.
En cuanto a la intención, el gran problema para le fundamentalismo
holocaustista es que no se encuentren documentos probatorios.
Se ofrecen al publico declaraciones antisemitas de Hitler, pero
eso es escamotear la verdadera cuestión y fomentar la peligrosa
ecuación Antisemitismo=Exterminio de los judíos.
Los supuestos "discursos secretos" de Himmler, que habrían
sido pronunciados en octubre de 1943, jamás poseyeron mucho
valor: ¿quién va a anunciar secretos en discursos
y, para colmo, ordenar que se graben en un disco? Al lector enjundioso
lo remitimos a los estudios de Udo Walendy "Lügen über
Himmler" (en Historische Tatsache, Nr 45 y 47). La
única prueba de intención genocida serían
los documentos que constituyen el llamado "Wannsee
Protokoll", descubierto (o construido)
por el fiscal judío-americano Robert M. W. Kempner hacia
fines de 1947 con ocasión del llamado "Wilhemstrasse-Prozess"
en Nuremberg contra Ernst von Weizsäcker. Recordemos que
se necesita preparar la atmósfera política para
la creación del Estado de Israel en 1948, un Estado que
jamás hubiera subsistido sin las reparaciones extraídas
a Alemania.
Se comprende que el Protocolo de Wannsee haya suscitado la simpatía
de los exterminacionistas. ¿Qué valor poseen los
documentos de Kempner? Usted observe el facsímil del documento
en la Ilustración 1, que llamaremos Versión A. Se
trata de una carta de Reinhard Heydrich, Jefe de la Policía
de Seguridad, fechada el 26.1.42 y dirigida a Luther, Secretario
de Estado en el Ministerio del Exterior. Heydrich indica algunos
detalles organizatorios a arreglar con Eichmann y adjunta como
Anexo un protocolo de la reunión del 20.1.42 sobre la erradicación
de los judíos. Un facsimilar de Carta y Anexo (ejemplar
Nº 16 del protocolo) lo dio a conocer Kempner en su libro
Eichmannn und Komplizen (1961 pags. 138 ss; originariamente se
le confirió al documento la signatura NG-2586).
Pero de esa misma Carta y de su Anexo existe otra versión,
que llamaremos B, cuyo facsímil ve usted en la Ilustración
2
Ilustración 1 :
Carta de Hedydrich según Kempner (versión A).
Obsérvese que el margen izquierdo comienza a la altura
de la cifra "1456", bajo el membrete del ángulo
superior izquierdo.
Ilustración 2 :
Versión B del mismo documento. Obsérvese la runa
y el desplazamiento del margen. El texto comienza debajo de la
abreviatura "gRs". Las anotaciones y sellos, sorprendentemente,
se pueden superponer con los añadidos correspondientes
de A.
Ilustración 3:
Primera pagina del Anexo de versión A con la signatura
"D.III.29" escrita a maquina por el supuesto remitente.
"Para mí era claro que si fracasaban las negociaciones con los judíos, también las negociaciones en Londres con la Comisión de Deudas tomarían un curso negativo, pues los círculos bancarios judíos ejercían un influjo nada despreciable. Por otra parte era obvio que un fracaso en la Comisión de Londres provocaría un fracaso en las negociaciones con los judíos. Si nuestra economía debía adquirir capacidad productiva y crédito, la reunión de Londres tenía que concluir exitosamente. Sólo así podría haber un desarrollo económico que también posibilitara pagos a Israel y a las organizaciones internacionales judías".
Konrad Adenauer, Erinnerungen 1953-55 (Memorias), Stuttgart, tomo II, p. 14.
Ese "original" se recibe probablemente en los años
setenta en el Archivo Federal de Koblenz y de ahí pasa
a la sección Politisches Archiv del Ministerio de relaciones
Exteriores en Bonn, bajo la sigla K 2104-15. La diferencia entre
las versiones A y B afecta sólo a la tipografía,
pero es obvio que por lo menos una versión tiene que estar
falsificada y que quien podía falsificar una versión
estaba en condiciones técnicas de falsificar la otra. Un
examen cuidadoso muestra entre otras diferencias, probablemente
una de las causas de duplicación de versiones: la "SS"
del documento en la versión A aparece escrita con dos eses
mayúsculas. En cambio el documento de la versión
B exhibe las runas, ya que las maquinas de escribir de la SS disponían
de una tecla adicional con ese signo. Este problema se repite,
agravado, en las versiones A y B del Anexo de 15 paginas, que
es el llamado "Protocolo del Wannsee". Ese Protocolo
lleva el numero 16 de un supuesto total de 30 ejemplares. Es evidente
que no pueden existir dos ejemplares numero 16 y que por lo menos
uno ha de estar falsificado.
La multiplicación de "originales" gemelos es
una constante que caracteriza los supuestos documentos atinentes
al Holocausto, documentos construidos a toda prisa por el método
del ensayo y error. Desperfectos aquí y allá no
podían evitarse. ¿Nos entendemos? Ahora, amigo lector,
despierte en su alma el Sherlock Holmes que todos llevamos dentro.
Superponiendo ambas versiones se constata en B un desplazamiento
del texto mecanografiado hacia la derecha. En cambio no sólo
el membrete "Der Chef..." obra de punto fijo, sino también
cada una de las anotaciones manuscritas y de cada uno de los sellos.
Por lo tanto, los documentos A y B no han surgido independientemente
uno de otro y quien construyó la versión posterior
disponía de los sellos y firmas que se necesitaban para
la primera versión: lo cual socava las garantías
de que se trata de documentos genuinos.
Desde el punto de vista documental, la versión B es mejor,
se compuso con una máquina de la SS (y el Anexo lleva manuscritas
las anotaciones que no pueden estar a máquina, como enseguida
se explicará). Pero si B es el original ¿como resulta
que el ejemplar que primero aparece ante el IMT (Internacional
Military Tribunal) presentado por Kempner, sea el A? Además,
si ya existía el documento B, era ocioso construir una
falsificación A, donde si cada golpe de tecla, tras paciente
trabajo, coincide con el anterior, salvo en que falta la tecla
de runas. Asimismo llama la atención (comparar nuevamente
las Ilustraciones 1 y 2) que en ambas versiones aparece el numeral
"6" (en la línea 2 del segundo párrafo:
"ich am 6 März 1942") corregido a mano, pero mientras
una ampliación muestra que en A había sido tipeado
un "5" y luego corregido, ese "5" no aparece
debajo de la corrección a mano de B. Tal corrección
es superflua y sólo se explica por el afán de imitar
al máximo la versión A.
¿Es entonces A el original? Si A fuera el original, ¿cómo
explicar que no se haga uso de la tecla de runas en una carta
oficial de Heydrich ni en las paginas del Anexo? ¿Y por
qué el Politisches Archiv presenta B como el original recibido
de las autoridades norteamericanas? Peor aun, el detalle que antes
habíamos mencionado: el Anexo de A exhibe en su primera
página en el borde inferior derecho, escrita a máquina,
la signatura "D.III.29.g.Rs." (vea Usted la Ilustración
3). Pero esta catalogación la confiere el destinatario,
el Ministerio del Exterior (Auswärtiges Amt) como
muestra el agregado manuscrito en el sello de entrada de la Carta
(cf. Ilustración 2, vértice superior derecho). ¿Cómo
podía adivinar el mecanógrafo del remitente la sigla
casual de catalogación que le adjudicaría el destinatario?
En síntesis: es tan problemático que la versión
A sea el facsimilar de un documento original como que B lo sea.
Esto induce a conjeturar que ambas versiones son falsificaciones,
acaso compuestas de elementos auténticos.
La hipótesis se corrobora por las muchas irregularidades
que descubre una crítica interna. Para empezar (ver Ilustración
1) está el numero de registro bajo el membrete en el ángulo
superior izquierdo: la signatura "1456/41" significa
carta número 1456 del año 1941, lo que no concuerda
con la fecha 26.1.1942 (que por otra parte está manuscrita,
como si se hubieran olvidado del detalle al mecanografiar) ni
con el envío de un Anexo labrado después del 20.1.1942.
Usted nos dirá que esos errores suelen producirse a principios
de año. Bueno, puede ser, pero el sello de entrada en el
ángulo superior derecho indica 2.3.42., lo que haría
que la carta hubiera estado dando vuelta más de un mes
por la ciudad de Berlín, a pesar del otro sello "Geheime
Reichssache!" (Asunto Secreto del Reich) que reclama
urgencia y discreción. ¿Qué raro verdad?
Otra rareza: el espacio vacío para indicar Anexos en el
sello de entrada ("Anl." De Anlage) queda en
blanco, cuando justamente el anexo es de suma importancia. El
confuso texto del Anexo presenta errores lexicográficos
y denominaciones absurdas, imposibles en un texto de funcionarios
alemanes (por ejemplo "als Staatsarbeiter angestellt"
por Beamte, o "private Berufe" por freie
Berufe, etc.). la sigla D III 29 habría sido ya aplicada
a otro documento, según las indagaciones de J. P. Ney,
a un informe del representante diplomático en Copenhague
de fecha 6.1.1942. Por si esto fuera poco, ninguno de los participantes
en la reunión de Wannsee, donde se resolvería un
genocidio, fue inculpado y castigado por ese motivo después
de la guerra.
Estas irregularidades empezaron a salir a la luz durante los sucesivos
juicios contra el autor revisionista Dr. Wilhem Stäglich
en los años 80. Las actas pueden consultarse en la obra
de Rolf Kosiek, Geschichtsbetrachtung als Wagnis (Tübingen,
Grabert Verlag, 1987). Una máxima importante para un historiador
es que la existencia de una falsificación de fuentes da
un indicio de que lo contrario a lo atestiguado por el presunto
documento es probablemente lo verdadero.
"Son insensibles al dolor y al placer, salvo el agrado que les dan la carne cruda y rancia y las cosas fétidas. La falta de imaginación los mueve a ser crueles. (...) De la nación de los Yahoos, los hechiceros son realmente los únicos que han suscitado mi interés. El vulgo les atribuye el poder de cambiar en hormigas o tortugas a quienes así lo deseen; un individuo que advirtió mi incredulidad me mostró un hormiguero, como si este fuera una prueba".
(J. L. Borges, El Informe Brodie)
¿Cómo se explican estas falsificaciones? La pregunta
ciceroniana del cui bono se contesta fácilmente en este
caso, pues los documentos construidos justifican a los vencedores
de la contienda y benefician al sionismo internacional: sin Holocausto
¿podría poseer Israel armas nucleares? Los medios
y la oportunidad para confeccionar apócrifos están
también claros: tras la capitulación incondicional
del Reich alemán y el arresto del Gobierno encabezado por
Doenitz, el bando victorioso disponía, con completa impunidad,
de todos los elementos para la elaboración de falsificaciones
(judíos germanoparlantes, papel membreteado, sellos, maquinas,
originales con numero de acta que pudieran hurtarse para los apócrifos),
pero ciertos vestigios de la adulteración pueden detectarse,
ya que los falsificadores estaban en lucha contra el reloj y no
podían controlar ni corregir todas las consecuencias de
sus manipulaciones. No existe el crimen perfecto sino, a lo sumo,
el crimen que no se descubre.
En general los historiadores ortodoxos de la actualidad renuncian
a presentar documentos probatorios de un plan de exterminio y
adoptan la Tesis del Lenguaje Secreto. Previenen al lector de
que no vaya a interpretar los documentos tal como están:
eso seria una ingenuidad, ya que -dicen ellos- el significado
de los términos en el lenguaje burocrático nazi
difiere del significado habitual. Desde luego esta afirmación
gratuita requiere fundamentación, por ejemplo, un código
de desciframiento, o una prueba similar que hasta ahora no ha
sido presentada.
EL HECHO DEL HOLOCAUSTO
Pasemos a la segunda cuestión. El hecho del Holocausto
ha sido establecido por el IMT Nuremberg y los sucesivos historiadores
oficiales sobre la base de cálculos estadísticos
demográficos, confesiones y, predominantemente testimonios
de testigos oculares, los judíos "sobrevivientes del
Holocausto ": a veces se exhiben fotos de campos de concentración
como si éstos fueran una prueba. Sorprende que en esta
lista no figuren peritajes técnicos. Si el lector tuviera
la mala idea de liquidar a su vecino de tres balazos, no podrá
ponerse de acuerdo con sus amigos y echarle la culpa al Hipopótamo
Metafísico. Una investigación comenzará con
un examen del cuerpo del delito, del arma homicida y del lugar
del hecho. Primero están las realidades tangibles y sólo
después lo que se declara sobre ellas.
Sorprende también que los soviéticos, inmediatamente
tras la "liberación" del KZ Auschwitz (21.1.1945)
no hayan informado exactamente sobre cámaras de gas. En
Pravda del 2.2.1945 aparece un informe errático
de un tal B. Poleweu [Polevoi] desde Auschwitz, donde curiosamente
el corresponsal no encuentra más que rumores, a pesar de
que adopte un tono apocalíptico y fantasee con sillas de
tortura de la marca "Krupp", Poleweu informa que había
una cinta transportadora eléctrica (elektrokonweira)
que permitía electrocutar simultáneamente un centenar
de personas y traladarlas a los crematorios; agrega, sin embargo,
que él no la vió... pues los nazis habían
eliminado todas las huellas... Habla de "aparatos móviles
para el asesinato de niños" (sic), pero que esos aparatos
ya no estaban. Cuenta de unas cámaras de gas en "la
parte oriental" del campo de concentración, que habían
sido transformadas en garajes. A fin de cuentas, Poleweu no vio
absolutamente nada: ¿dónde están las cámaras
de gas y la consabida escenografía, las montañas
de zapatos, anteojos y piezas dentales, las prendas de las víctimas?
Al fin y al cabo los soviéticos fueron lo suficientemente
inteligentes como para masacrar a 15.131 oficiales polacos en
los recónditos bosques de Katyn y no en las puertas de
Wilna o de Lemberg. ¿Por qué iban a elegir los nazis
un complejo industrial como Auschwitz para ejecutar un plan secreto
de exterminio? Dentro del territorio controlado militarmente había
miles de mejores lugares para efectuar ejecuciones masivas.
Importante es esto: desde el primer momento se carece de evidencia
empírica, sólo se catalogan rumores. Los historiadores
posteriores se mantienen fieles a ese método. Obras Standard
de la ortodoxia son las de Eugene Kogon, Der SS Staat (1947),
Leon Poliakov, Breviaire de la Haine (1951), Raul
Hilberg, The Destruction of the European Jews (1961). Es
casi enternecedor leer el prologo de Kogon que el libro fue escrito
por encargo de la división Intelligence Team/Psychological
Warfare División del ejército de ocupación
ingles.
El revisionismo se vio obligado a comenzar con la ponderación
de estadísticas y con la critica interna de los documentos
presentados, siendo el francés Paul
Rassinier quien descubriera las incongruencias
más importantes en el relato del exterminio por parte del
bando vencedor. Es claro que las estadísticas demográficas
se desequilibran en tiempos de guerra, con emigraciones y deportaciones,
y tanto holocaustistas como revisionistas se remiten a las confesiones
de inculpados y declaraciones de presuntos testigos oculares.
La "historia oficial" queda representada en Alemania
Occidental por el célebre Institut für Zeitgeschichte
(IfZ) de Munich.
Una declaración de importancia difícil de exagerar
es la que hace nada menos que el colaborador y luego Presidente
del IfZ, Martin Broszat, en carta al semanario Die Zeit,
publicada en la edición del 19.8.1960. Allí se afirma:
"Ni en Dachau ni en Bergen Belsen, ni en Buchenwald fueron gaseados judíos u otros prisioneros. La cámara de gas de Dachau no fue nunca terminada ni puesta en funcionamiento (...) La aniquilación masiva de judíos mediante gaseamiento comenzó en 1941/42 y se llevó a cabo exclusivamente en los pocos lugares que disponían de dispositivos técnicos, sobre todo en territorio polaco, pero jamás en territorio del antiguo Reich".
Las consecuencias de esta declaración son terribles. ¿Comprende
el lector por qué? De un plumazo quedan invalidadas todas
las declaraciones de testigos y confesiones referidas a gaseamientos
en los campos de concentración del territorio del Reich.
¿Qué decir de las declaraciones de testigos como
el Dr. Franz Blaha, formuladas el 11 de enero de 1946 ante el
Tribunal IMT Nuremberg y reproducidas en IMT, tomo V, pag.
198 ? Allí se lee:
"La cámara de gas de Dachau fue concluida en 1944;
yo debí presentarme ante el Dr Rascher para examinar a
las primeras vÍctimas. De las ocho o nueve personas que
se encontraban en la cámara de gas, quedaban vivas aun
tres".
El Dr Rascher, medico del KZ Dachau, fue condenado a muerte en
1946 sobre la base de tales testimonios, que ahora resultan ser
reconocidamente falsos. Faurisson argumenta que quien quiera sostener
la existencia de cámaras de gas en Auschwitz basado en
el testimonio de supuesto "testigos oculares" debe mostrar
en qué se diferencian estos testimonios de aquellos referidos
a Dachau. La argumentación de Faurisson es impecable: con
similares elementos de juicio no pueden derivarse asimetrías.
Si bien la declaración de 1960 fue fatal para la "historia
oficial", hay que colocarse en la posición del profesor
Broszat. El se veía obligado a dar ese paso a causa de
los trabajos de Rassinier y la circunstancia de que un examen
de estos campos de concentración hubiera hecho dudosos
los resultados deseados. Por ejemplo, a propósito del KZ
Dachau, a pocos kilómetros de Munich, se afirma que el
gas procedía de las duchas, leyenda que se hiciera famosa.
Pero ocurre que las duchas que fueron consideradas bocas de gas
eran las únicas duchas que se encontraban en Dachau: de
ser cierta la versión oficial, el KZ Dachau hubiera carecido
de duchas reales, favoreciendo las epidemias de tifus que se querían
evitar en un campamento de trabajo. Es más aun, las cañerías
de agua pueden detectarse aun hoy.
La declaración de Broszat provocó un vuelco de la
atención hacia Auschwitz y, a la vez, una intensificación
de los estudios revisionistas, al verse corroborados las sospechas
de tergiversación. Aunque ninguno de los testigos oculares
de cámaras de gas en territorio alemán fue acusado
de falso testimonio, el valor de sus declaraciones se redujo a
cero y quedó demostrado que el Holocausto necesitaba de
mentiras para defenderse. Es en ese clima que los historiadores
oficiales subrayan la importancia de las "confesiones"
de Rudolf Hoess. Comandante de Auschwitz ejecutado en 1947 (las
confesiones habían sido editadas por Broszat en 1958).
Y es en ese clima que se celebra el proceso de Frankfurt conocido
como Auschwitz Prozess, donde el gobierno de la RFA impide a Paul
Rassinier declarar como testigo y la Justicia alemana comete su
primer crimen, como después se verá.
Las investigaciones revisionistas se expanden en múltiples
direcciones: un examen de los elementos jurídicos obrantes,
tal como llevara a cabo el ex-juez Dr. Wilhem Stäglich, culminando
con su libro Der
Auschwitz Mythos (1979): una concentrada
critica interna de las confesiones y declaraciones de testigos,
con que iniciara sus
trabajos R. Faurisson; un escrutinio
de las posibilidades técnicas del Holocausto, como el que
presentara el norteamericano Arthur Butz en su The Hoax of
the Twentieh Century (1977). De la reunión de esos
componentes nace la acribia del revisionismo contemporáneo,
que se manifestará estrepitosamente en los juicios de 1985
y 1988 contra Ernst Zündel en Canadá. El Leuchter
Report y el dictamen
de Germar Rudolf en el juicio contra
el Gral. Otto Ernst Remer, las publicaciones de Walter Lüftl,
Presidente de la Cámara Federal de Ingenieros de Austria,
marcan hitos en la marcha triunfal del revisionismo. Los impresionantes
resultados pueden leerse en la obra editada por Ernst Gauss: Grundlagen
zur Zeitgeschichte. Ein Handbuch über strittge Fragen des
20. Jahrunderts (Fundamentos de la Historia Contemporánea.
Un Manual sobre cuestiones debatidas del siglo XX), Tübingen:
Grabert verlag, 1994. Tras dos meses de circulación, el
libro fue prohibido y los ejemplares de la editorial incautados.
Germar Rudolf está condenado a dos años de prisión
efectiva. Estas circunstancias hacen útil un resumen de
los resultados revisionistas.
RESULTADOS DEL REVISIONISMO CONTEMPORANEO
Rassinier era un hombre venido de las Humanidades, Rudolf es un
químico. El revisionismo histórico pasa de una etapa
predominantemente filológica a otra donde se incorporan
cada vez más consideraciones técnico-científicas.
Recordemos la maniobra de Broszat para apreciar la índole
de estos cambios. La jugarreta de ubicar el lugar de los hechos
detrás de la Cortina de Hierro agradó a los historiadores
y sobre todo a los interesados en el Holocausto: siendo el sitio
inaccesible, el peso de la investigación recaía
sobre las confesiones de los asesinos y las declaraciones de los
testigos, no sobre lo que podríamos llamar el "arma
homicida" y los peritajes técnicos.
Las declaraciones arquetipicas se encuentran en el Informe de
Gerstein, dado a conocer por Leon Poliakov; en las confesiones
de Hoess, editadas, como ya mencionadas, en 1958 por Martin Broszat
con el titulo Kommandant in Auschwitz; en los testimonios
del medico húngaro judío Niklos Nyiszili, que publicara
el mensuario de Jean Paul Sartre Les Temps Modernes en
marzo de 1951. Vamos a considerar brevemente cada caso.
El caso de Niklos Nyiszli fue liquidado por Paul Rassinier, hoy
sabemos que ese personaje Nyiszli no existió, sino sólo
un periodista judeo-frances, Tibère Krémer, que
se hizo pasar por el traductor del supuesto medico judío.
El informe de Nyiszli abunda en absurdidades. Entre otras, el
supuesto testigo ni siquiera sabe cómo se llegaba desde
el limite rumano-hungaro hasta Auschwitz y traza un geografía
imposible. Esto no impidió a Sartre dar crédito
al testimonio.
El caso de Hoess, comandante de Auschwitz hasta 1943, ilustra
sobre el modo en que se obtuvieron confesiones en el IMT Nuremberg.
Una obra reciente (R. Butler, Legions of Death, London,
Arrows Books, 1986, pp. 235 ss) describe sin escrúpulos
, con el acuerdo del principal torturador (un judío, Bernhard
Clarke, a quien se agradece en el prologo) el tratamiento a que
fue sometido Hoess por el British Intelligence Service. Eso ya
lo había dado a conocer Hoess mismo durante su cautiverio
en la zona polaca, sin que los historiadores se dieran por aludidos.
Una vez que Hoess escribe sus confesiones para los polacos es
ejecutado. Veamos:
"El 11 de marzo (de 1946) a las 23 hrs., fui capturado. Mi ampolla de veneno se había quebrado dos días antes (...) Me maltrató mucho la Security Field Police (...) Mi primer interrogatorio se llevó a cabo bajo "pruebas contundentes" (schlagende Beweise). Lo que está en el protocolo no lo sé aunque lo haya firmado. Es que el alcohol y el látigo eran también demasiado para mí. El látigo era el mío, que por casualidad había ido a parar entre las cosas de mi mujer. Apenas lo había sentido mi caballo, mucho menos los internos. Pero uno de los interrogadores estaba convencido de que yo vapuleaba continuamente a los internos con ese látigo. Luego de unos días me condujeron a Minden, la Central de Interrogatorios en la zona inglesa. Allí recibí del primer fiscal, un mayor, un tratamiento aun peor. Después de tres semanas, sorpresivamente fui rasurado, me cortaron el cabello y me permitieron asearme. Desde mi captura no me habían abierto mis esposas."
(Kommandant in Auschwitz, con prologo y comentario de Martin Broszat, Stuttgart, Deutsche Verlagsanstalt. 1958, pp. 145-146.
Las confesiones así obtenidas recibieron las signaturas
NO-1210 (en alemán) y PS-3868 (declaración jurada...
¡en ingles!) y se aceptaron en el IMT. Hay allí numerosas
absurdidades, incluso un campo de exterminio en un lugar imaginario:
"Wotzek en las cercanías de Lublin". Butz dedica
el capitulo IV de su obra al análisis de PS-3868.
Es curioso que las confesiones o memorias durante el cautiverio
polaco, escritas en 1946 sólo aparecieran en 1958, sin
que aun hoy día esté aclarada la base documental:
facsímiles reproducen un escrito en tinta, mientras Hoess
asegura que él escribe con lápiz. La edición
de Broszat procede sin respetar las normas usuales de publicaciones
científicas. Broszat se permite incluso omitir párrafos
cuya absurdidad comprometería el documento entero. Rassinier,
Stäglich y Faurisson han llevado a cabo una minuciosa crítica
interna de ese documento. De nuevo tenemos ahí un collage
de elementos auténticos y falsos.
El Comandante Richard Baer (substituyó a Hoess en 1943
en Auschwitz ) sufre un destino singular a raíz del Proceso
de Frankfurt, en la democracia de la postguerra. Principal acusado,
detenido en 1960, Baer sostiene con firmeza en los interrogatorios
previos al proceso que no hubo cámaras de gas en Auschwitz.
Por su competencia en la cuestión, Baer era un obstáculo
para el éxito del proceso. Pero Baer, hombre saludable
y de recia constitución, muere repentinamente en la cárcel
el 16.6.63, a la edad de 51 años -- antes del juicio. El
Instituto de Medicina Forense de la Universidad de Frankfurt declara
en el informe de la autopsia: "ante la situación general
no puede exlcuirse el uso de un veneno sin olor ni sabor".
En consecuencia el Fiscal General Fritz Bauer, de origen judío,
da orden de incinerar el cádaver. Inmediatamente después
de estos hechos edificantes comienza el proceso, aunque formalmente
hubiera podido iniciarse desde octubre de 1962.
Tras esta breve referencia a los testimonios de Nyiszli y Hoess,
pasemos a Kurt Gerstein, a quien un estafador como Hochhut asignó
el papel de héroe en la pieza teatral "El Vicario".
El caso de Gerstein (cuyo principal publicista científico
fue Leon Poliakov) es especialmente instructivo, debido a las
investigaciones recientes de Henri Roques. Como Roques
refiere en su tesis doctoral de 1985 en la Universidad de Nantes, descubrió que existen por lo menos seis
versiones de las "Confesiones de Gerstein", unas
manuscritas, otras mecanografiadas, unas en francés, otras
en alemán, otras más en inglés. Dos o tres
originales son auténticos. Pero el contenido es tan disparatado
que uno se pregunta cómo puede haber historiadores exterminacionistas
que hayan tomado en serio semejante texto.
Gerstein dice en la pagina 3 de su informe mecanografiado:
Les hommes nus sont debout aux pieds
des autres 700-800 a 25 mètres quarrés,/à
45 m cube!
y para que no quepan dudas lo repite poco después en la
misma hoja, de nuevo con signos de admiración:
"Le Diesel/ commence. Jusqu´à ce moment les
hommes dans les 4 chambres déjà remplis/ vivent,
4 fois 750 personnes à 4 fois 45 mètre cube !".
¿Entiendes, Fabio. Lo que estoy diciendo? Parece un chiste.
Unas 750 personas en una superficie de 25 metros cuadrados, significa
lo mismo que 30 individuos por metro cuadrado (imaginarse treinta
personas en una cabina de teléfono). Además, no
podían transcurrir más de dos horas y media en esas
condiciones sin que las víctimas murieran de asfixia, sin
precisar de un Diesel.
Dando pruebas consumadas de deshonestidad intelectual, Leon Poliakov
retoca el texto, substituyendo "25 metros cuadrados"
por "93 metros cuadrados" y eliminando las dos apariciones
de "45 metros cúbicos". Robert Neuman se decide
por disminuir el numero de víctimas, reemplazando "700-800"
por "170-180".
Gerstein arriba el 18.8.1942 a Belzec. Al día siguiente
tiene su experiencia o visión. Resumamos algunas de las
otras absurdidades de su Informe:
-- Un niño de tres o cuatro años, solo, distribuye
a una multitud de 5000 deportados cordeles para atar los zapatos.
--En la mayoría de las versiones,Gerstein, habla de una
montaña de zapatos de 35-40 m de alto, en otra versión
de 25 m. En el primer caso correspondería a la altura de
un décimo piso, en el otro a un séptimo.
¿Como se formaban pilas de esa altura? ¿Había
también ascensores para depositar los zapatos en la cúspide?
-- Gerstein dice observar por una mirilla si aun había
víctimas con vida. ¿Cómo lo logra en un recinto
de esas dimensiones y con tal aglomeración?
-- Los motores Diesel no son adecuados para provocar una intoxicación
con monóxido de carbono.
-- Gerstein establece 20-25 millones de víctimas judías
en los KZ de Belzec y Treblinka, una cantidad superior a la de
los judíos europeos.
¿Era Gerstein un esquizofrénico? ¿O quería
dejar una indicación para futuros investigadores? ¿O
estaba dando un mensaje en clave?
No sabemos eso. Lamentablemente, luego de sus confesiones, Gerstein
se "suicida" en la cárcel. Sí sabemos
que es más que penosa la hipótesis urdida por Poliakov
para explicar las absurdidades: "Gerstein era un hombre sin
relación con los números" (Le Monde,
8.3.1979). Habiendo sido Gerstein ingeniero en construcciones
(Bauingenieur) la ocurrencia de Poliakov resulta desafortunada.
En la obra de los exterminacionistas Kogon/Langhein/Rückerl:
Nationalsozialistische Massentötungen durch Giftgas
[Ejecuciones Masivas Nacionalsocialistas mediante Gas Venenoso],
Hamburg, Fischer, 1983, se presenta en pp. 171-174 el Informe
Gerstein comprimido y cuidadosamente aligerado de todas las absurdidades
que son las que deciden el valor de ese documento.
LOS RESULTADOS DEL PROCESO ZÜNDEL EN 1985
El proceso a Zündel en Canadá trajo la sensación.
El experto numero uno en Holocausto era el Prof. Raul Hilberg,
el sobreviviente y testigo numero uno del Holocausto era Vrba.
Ambos aceptaron declarar para la fiscalía. Y por primera
vez, un abogado defensor aceptó arrojar el guante a los
exterminacionistas y efectuar un interrogatorio crítico.
En el interrogatorio hizo primero su
aparición el Prof. Hilberg, el
"Papa del Holocausto". Acosado por Douglas Christie,
el abogado de Zündel, fue retrocediendo en toda la línea.
Hilberg quedó humillado, debiendo reconocer que no podía
dar pruebas de lo que constituía su ocupación profesional
como historiador. Hilberg no podía dar pruebas ni de la
existencia de un plan de exterminio, de una orden de Hitler, de
una instrucción general, de un presupuesto para la gigantesca
empresa del genocidio. Hilberg, sumo historiador del Holocausto,
tampoco había requerido pericias técnicas sobre
las cámaras de gas, sobre los crematorios, ni había
leido un informe de autopsia donde al menos se constatara la muerte
de un interno por gas tóxico.
En ausencia de pruebas, la atención se centró en
los testigos presenciales, en este caso los judíos Arnold
Friedman y el Dr. Rudolf Vrba.
Al hacerse más y más minucioso el interrogatorio
de Christie, el "testigo presencial" Friedman pierde
los nervios (Acta Queen versus Zündel, Toronto, 21.7.1985,
pp 445 ss) y finalmente reconoce que él personalmente no
ha visto nada sino que lo sabía de oídas y -éstas
fueron sus palabras- se lo había oído contar a personas
que le parecían dignas de crédito, que si hubiera
escuchado al Dr. Christie antes, probablemente hubiera adoptado
su punto de vista.
Liquidado Friedman, el peso de la prueba recaía sobre Vrba,
al cual no le gustaba nada esta inaudita forma de interrogar a
sobrevivientes del Holocausto. El Dr. Vrba había sido la
fuente principal del War Refugee Board de 1944 (publicado por
el presidente Roosevelt) y después escribió con
la colaboración de Alan Bestic la obra I Cannot Forgive
(New York, Bantman, 1964). En el prologo había puesto Bestic:
"Indeed I would like to pay tribute to him for the inmense
trouble he took over very detail: for the meticulous, almost fanatical
respect he reveales for accuracy".
Y justamente éste es el talón de Aquiles de las
mentiras, el problema de detalles concretos. Con el correr del
interrogatorio se hacia cada vez más ostensible la cantidad
de inexactitudes, errores y mentiras para los cuales Vrba no podía
encontrar una explicación satisfactoria. Al fin tuvo la
insensata ocurrencia de declarar que en su libro había
hecho uso de la licencia poética que asiste a todo autor.
Semejante declaración irritó al fiscal Griffiths,
que había citado a Vrba como testigo, convencido de su
veracidad. Griffiths, ofuscado por las mentiras de Vrba, lo increpa
así:
"You told Mr. Christie several times in discussing your book
I Cannot Forgive that you used poetical license in writing that
book. Have you used poetic license in your testimony?". (Acta...,
p. 1636).
Tres años después, en el segundo proceso a Zündel
(1988) la fiscalía renuncia a citar "testigos presenciales".
Y el Prof. Hilberg se negó a presentarse como experto.
ELI WIESEL: "¿NOS VAMOS CON LA SS?
Ciertamente hay muchos "testigos presenciales" que aparecen
en los medios, ante periodistas obsecuentes. Como síntesis
echemos un vistazo a uno de los más celebres. El judío
y Premio Nobel Eli
Wiesel es autor de La Nuit (Paris,
Les Editions de Minuit, 1958), prologado por François Mauriac.
Se trata de un informe autobiográfico de Wiesel sobre su
internamiento en el KZ Auschwitz. Pero allí, en la primera
edición, ¡Wiesel no menciona las cámaras de
gas! La opinión de Wiesel en 1958 era que los alemanes
exterminaban a los judíos arrojándoles vivos en
el fuego (de ahí la expresión "Holocausto").
Hacia el final del libro (pp. 129-135) se encuentra un episodio
llamativo. En enero de 1945, relata Wiesel, los alemanes permitieron
a cada interno decidir entre retirarse con ellos o esperar en
el KZ la llegada de los rusos. Wiesel cuenta que él y su
padre, tras seria reflexión, resolvieron acompañar
a la SS en su retirada (los exterminadores) en vez de esperar
a los rusos (los liberadores).
Hemos dicho que en 1958 Eli Wiesel no informaba de cámaras
de gas, algo que puede comprobarse con la primera edición.
Pero hacemos una observación cuyo significado el lector
atento comprenderá. Un presupuesto del derecho de información
y del trabajo científico es que los diversos ejemplares
de un libro contengan texto idéntico y que las traducciones
no se aparten en puntos esenciales de la versión original.
La obra La Nuit fue traducida al alemán por Curt
Meyer-Clason con el titulo Die Nacht zu begraben, Elischa
(München, Ullstein, 1962). Pase la dramatización del
íitulo, pero por lo menos en catorce lugares, donde el
texto francés dice "crematoire" la traducción
alemana pone "Gaskammer" (cámara de gas).
Saque el lector sus propias conclusiones.
ASPECTOS TECNICOS
En el segundo proceso a Zündel ni Hilberg ni Vrba estaban
dispuestos a someterse a un interrogatorio controvertido. Pero
la sensación vino del Informe Leuchter. Los detalles técnicos
del Holocausto, relegados desde el principio, pasaron así
al primer plano. Antes se podía escribir con plena libertad.
¡Qué tiempos aquellos! Por ejemplo Eugene Kogon,
en su obra más conocida, escribía bajo el subtítulo
de Cámaras de Gas:
"No pocas veces, cuando las cámaras de gas estaban
repletas, se arrojaba a niños pequeños por las ventanas.
Según la cantidad de gas, la muerte por asfixia duraba
de cuatro a cinco minutos." (Der SS Staat, München,
Heyne Verlag. 1977 pp. 185s).
La verdad es que es grandioso cómo podían escribir
estos embusteros: ¡una cámara de gas con ventanas!
¡Y un gas cianhidrico que se liberaba casi instantáneamente
de las pastillas de Zyklon B para provocar muerte por asfixia!
Hoy día, los holocaustistas envidian esos tiempos pasados.
Aclaremos unas nociones básicas, Zyklon B era el nombre
comercial de un fumigante muy efectivo contra los piojos (los
norteamericanos desinfectaban con DDT), en forma de pastillas
o granulados que liberaban gas en contacto con el aire. El Zyklon
B sigue existiendo bajo el nombre de Cyanosil, producido por la
firma Detia Freyberg Gmbh. En las informaciones para el uso del
producto se notifica que sólo con temperaturas por encima
de los 20º C se emite un 80-90% del ácido cianhidrico
en unas dos horas, mientras que durante los primeros 5-10 minutos
se volatiliza un 10% del gas; es decir, la volatilización
es lenta.
Leuchter, considerado en USA experto en la construcción
de cámaras de gas, visitó Auschwitz con un pequeño
equipo de colaboradores, efectuó su peritaje, tomó
muestras de las paredes de las cámaras de gas y de los
recintos de desinfección... e hizo analizar las muestras
en un instituto americano. Sus resultados pueden resumirse así:
1. Falta de puertas y ventanas herméticas. El gas tóxico
pudiera escapar y matar a los asesinos; las ventanas podían
ser destruidas por las víctimas en cada ejecución.
2. Falta de pintura o revestimiento en las paredes que impida
la absorción de cianuro. Las paredes emitirían por
largo tiempo ácido prúsico, dificultando el transporte
de los cadáveres.
3. La ubicación de los edificios es inadecuada: el lugar
mencionado como cámara de gas en las proximidades del Crematorio
1 podría explotar; además, se encuentra muy próximo
al Hospital de la SS. Para colmo esa "cámara de gas"
está conectada por un sumidero a la canalización
del KZ: el ácido prúsico podría penetrar
en otros edificios.
4. Siendo los recintos húmedos y estando desprovistos de
calefacción se impide la efectividad del Zyklon B, que
es absorbido por la humedad.
5. Las puertas, cuando éstas existen, se abren hacia adentro,
con lo cual se dificulta aun más el transporte de los cadáveres.
6. El producto Zyklon B no es adecuado para ejecuciones porque
despide el ácido prusico muy lentamente.
7. En las paredes de las supuestas cámaras de gas o no
se encontraron concentraciones cianhidricas o en cantidades ínfimas
(de 0 hasta 7 mg CN por kg) mientras que en las cabinas de desinfección
(para la ropa de los internos) se encuentran restos en el orden
de los 1050 mg CN por kg. Si se hubieran efectuado realmente las
ejecuciones por gas, deberían encontrarse en las supuestas
cámaras de gas, restos cianhidricos aun más altos
que en las cámaras de desinfección, dada la escasa
ventilación y la humedad de las paredes.
En otras palabras: si las cámaras de gas fueran el arma
homicida, entonces el arma estaba descargada.
Esta investigación fue confirmada de una manera espectacular
por el trabajo del Germar Rudolf, que con minuciosidad encomiable
estudió el problema de las combinaciones del ácido
cianhidrico (HCN, Blausäure) y el material ferroso de las
paredes bajo las condiciones iniciales de un proceso de gasificación.
Su argumentación puede resumirse de una manera muy simple:
-- Uno: Si hubieran existido cámaras de gas del modo comúnmente
aceptado, las paredes deberían presentar aun después
de un siglo, mientras exista el material, concentraciones producidas
por el contacto con el ácido cianhidrico.
-- Dos: en las pruebas tomadas en Auschwitz y analizadas por el
Instituto Frisenius no se registran esas concentraciones.
Es curioso que en las cámaras de desinfección de
ropa, efectivamente, se observan esos residuos. Son detectables
a simple vista, por la formación del intenso "azul
de Prusia". Los resultados de Rudolf no sólo confirman
la idea del Informe Leuchter, sino que establece de un modo exacto,
por análisis químico, las reacciones y combinaciones
que deberían producirse en los muros por la emisión
de gas.
Como los exterminacionistas pudieran replegarse en la muerte por
el gas de los motores Diesel (recordar el Informe Gerstein) Rudolf
solicitó a Friederich Paul Berg la confección de
un estudio sobre Treblinka y otros campos de concentración
donde se afirma el exterminio por ese método. El resultado
es igual de contundente y fatal para los exterminacionistas. Ante
todo los testimonios que se aducen -- y ellos son la única
prueba que se ofrece -- coinciden en adjudicar una coloración
azul a los cadáveres; la coincidencia se debe al interés
por confirmar lo que dice el Informe Gerstein. Pero el CO (monóxido
de carbono) provoca en las víctimas una coloración
rojo cereza o rosada. Este hecho puede corroborarse en cualquier
manual de toxicología y por cualquier medico forense. Envenenamientos
de CO son muy conocidos a causa de los accidentes domésticos,
con gas de cocina, o en garajes.
Podemos preguntarnos ahora cuánto CO se necesita para matar
a un ser humano en media hora, y cuanto CO puede producirse por
emanaciones de motores Diesel. Desde 1920 fue creciendo el estudio
toxicológico de muertes por monoxido de carbono, de modo
que se dispone de resultados firmes. Una concentración
de 100 ppm (partes por millón de partes de aire) de CO
no presenta problemas, mientras 4000 ppm son mortales en menos
de una hora de exposición. La llamada "Regla de Henderson"
:
% CO x tiempo de exposicion=constante de efectividad del gas
establece que en cada envenenamiento la concentración está
en proporción inversa al tiempo de exposición. En
otras palabras, para matar por gas en media hora se necesita el
doble de concentración que para matar en una hora. De acuerdo
a los experimentos de laboratorio y las pericias forenses, es
necesaria una concentración de CO entre 0.4% y 0.8% para
provocar la muerte en una media hora.
Por otra parte el motor Diesel trabaja de una manera diversa que
el motor de gasolina. Una proporción de aire/combustible
igual a 100, por ejemplo, significa que por cada gramo de combustible
consumido, 100 gramos de aire son introducidos por el motor. A
menor proporción mayor producción de CO. Los motores
de gasolina trabajan con un déficit de aire, los Diesel
con un superávit. Si un Diesel marcha en vacío,
la proporción de aire y combustible es de 200:1 ; si marcha
con carga plena alrededor de 18:1. Debido a la gran cantidad de
aire el combustible es consumido casi en su totalidad, de modo
que en comparación con el motor de gasolina se produce
muchísimo menos CO, y esa cantidad de gas se ve diluida
por el superávit de aire. Elegir un motor Diesel como fuente
de CO es simplemente ridículo.
No es sensato arreglar un motor Diesel para que produzca 0.4%
CO cuando cualquier motor de gasolina produce 7%. Tampoco es sencillo
lograr que un motor Diesel se acerque a la marca de 0.4% de CO
y para eso, entre otras medidas, hay que someterlo a carga completa.
En ese caso habría espectaculares efectos colaterales:
humo espeso, mal olor, y un estrépito muy superior a los
gritos de las víctimas. Ninguno de los testimonios de "testigos
presenciales" menciona ni la humareda, ni el olor, ni el
ruido. Notable, notable.
El exterminio se ha producido mediante un motor Diesel metafísico.
Y el gas del Holocausto no deja huellas.
LA PRUEBA MEDIANTE FOTOS METAFISICAS
A lo mejor Usted oyó que hay pruebas fotográficas
del Holocausto. Es verdad. Y la calidad de esas pruebas concuerda
con la calidad de los documentos de los que ya hablamos. Para
los exterminacionistas no hay montaje ni retoque suficientemente
burdo como para desdeñarlo.
Ilustración 4 :
Supuesta incineración al aire libre de víctimas
gaseadas en Auschwitz
Ilustración 5
Reproducimos acá una fotografía celebre, publicada
miles de veces, que se exhibe aun hoy en el Museo de Auschwitz
y que aparece como gran prueba en la bibliografía pertinente.
Se trataría de una hoguera para incinerar al aire libre
a los muertos en la cámara de gas del Crematorio V de Auschwitz-Birkenau.
Desde luego, la gente suele mirar sin concentración, viendo
sólo aquello que se le sugiere debería ver.
¿Y qué se debería ver aquí? En el
reciente libro del exterminacionista Till Bastian Auschwitz
und die "Auschwitz-Lüge" (München, Beck
Verlag, 1995), destinado a refutar a los revisionistas, se reproduce
en la pag. 48 la foto de la Ilustración 5 con la leyenda:
"Una foto tomada en secreto por un interno, que muestra un
comando especial (Sonderkommando) quemando cadáveres en
la fosa cercana al Crematorio V de Birkenau". Ajá.
Sobre esta foto podrían hacerse varias observaciones criticas,
pero vamos a limitarnos a una sola.
Un vistazo a la ampliación (Ilustración 5) basta
para advertir el retoque con cuerpos de anatomía salida
de una ficción de Lovecraft. Obsérvese además
el largo de los brazos de la figura que se movería pisando
los cadáveres.
La obra de Till Bastian, que debería ser una respuesta
a Remer, ofrece casi siempre un método refutatorio impresionante:
simplemente hace caso omiso de los argumentos rivales y repite
las fotos consabidas, que Remer ya denunciara como falsificación.
Los exterminacionistas dispusieron de tiempo suficiente como para
presentar la documentación gráfica. Dado que la
técnica de diseño gráfico por computación
permite fingir fotos de modo perfecto, el problema de las pruebas
gráficas debe limitarse a aquellas que hayan aparecido
hasta mediados de los años ochenta. Los revisionistas pueden
añadir una victoria más a su campaña mediante
la evaluación esterométrica de las fotos aliadas
sobre los KZ. John Clive Ball ha resumido sus resultados en "Luftbild
Beweise "[Pruebas mediante Fotos Aéreas] en la
obra ya citada de Gauss, pags. 235-248. Por algún motivo,
los rusos no han dado a conocer hasta la fecha ninguna de sus
fotos de esclarecimiento.
EPILOGO
Esta larga exposición, glosa heterodoxa a la Teología
del Nuevo Orden Mundial, quiere invitar al lector a que escuche
las dos campanas: audiatur et altera pars. Esta actitud se califica
de antisemita, ya nos imaginamos por qué. Habíamos
hablado al principio de un dilema herético, ponderando
qué consecuencias se seguirían si el relato del
Holocausto fuera falso. Acaso recordamos lo que escribió
Nietzsche en 1881 con clarividente lucidez:
"Entre los espectáculos a que nos invita el próximo
siglo se cuenta la decisión sobre el destino de los judíos
europeos. Que ellos ya han arrojado los dados, que ya han cruzado
su Rubicon, es algo ahora tangible. A los judíos sólo
les queda, o bien volverse los amos de Europa, o perder Europa,
como perdieron Egipto, donde estaban colocados frente a un dilema
semejante." (Morgenröte 205)
Iniciamos este trabajo con una cita de George Orwell: "Who
controls the past, controls the future: who controls the present,
controls the past". ¿Quien controla el pasado? En
su visita a Alemania el 20.1.1996 el presidente de Israel, Weizman,
se permitió un discurso en el Parlamento insultando a los
alemanes, pero felicitando a los legisladores por su lealtad,
al perseguir a los historiadores revisionistas, confiscar y destruir
sus publicaciones.
Usted, que ha sido a través de estas paginas nuestro cómplice,
piense a partir de aquí como quiera.
CENTRO DE ESTUDIOS RT 791